Guest User
June 12, 2024
Es un pequeño lujo que uno se puede dar el disfrutar unos dias de este precioso y apacible lugar, cargado de historia y tan bien mantenido. Excelentes el desayuno y la gastronomía en general, y la cálida atención de la gerente y de todo el personal. A pesar de los años el parque mantiene muy bien el estilo típico estanciero de fines del siglo XIX, donde se intuye la mano de Charles Thays en las añosas arboledas, que pueden disfrutarse en caminatas o paseos en bici. No es nuestro caso, pero para los golfistas las canchas deben ser un plus importante, aunque igualmente aportan mucho a la belleza del paisaje en general. Una mención especial para la masajista. Realmente fue un placer, muy recomendable.
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