Hotel Casa Da Calcada - Relais & Chateaux

Escribo para manifestar mi desagradable experiencia en el hotel de referencia. El día 27 de julio estuvimos, mi esposa y yo, cenando en el restaurante del hotel, galardonado con estrella Michelín, Largo do Paço y la enorme tardanza en el servicio supuso que estuviéramos cuatro horas cenando. No es que existiera justificación alguna para ello: habíamos reservado varias semanas antes y fuimos a cenar a la hora exacta que nos fue asignada a nuestra llegada al hotel. Además, en dicho restaurante, sólo cenamos 10 personas (5 mesas). A la mañana siguiente, nos quejamos de ello al director quien dijo que nos agradecía la información, que investigaría qué había pasado ya que no le parecía normal lo sucedido y nunca volvió a ponerse en contacto con nosotros para darnos una explicación al respecto. Sólo cuando, después de haber abandonado el hotel y, por supuesto, pagar todo lo que se nos había facturado, nos dijo que la demora (4 horas!!!) en el servicio se debía a “falta de concentración” de los empleados en sala y en cocina. Creo que la explicación se califica por si misma, sobran los comentarios … Por otra parte, teníamos delante de nuestra habitación superior de lujo, con vistas un bar/terraza que nos hizo imposible utilizar la nuestra e incluso disfrutar de la habitación debido al volumen de la música y a los continuos gritos y conversaciones justo debajo de nuestra habitación. En esta habitación se paga un alto precio precisamente por su terraza y su ubicación tranquila delante del río y con vistas. En ningún momento se nos avisó de que ese establecimiento vecino funcionaba por la noche con música de discoteca y dj, incluso después del supuesto toque de queda por el COVID. Nos quejamos y hablamos varias veces con recepción pero la persona que estaba encargada nos dijo que pararía a las 10:30 por las normas vigentes relativas al COVID cosa que no sucedió y continuó hasta que tuvimos que acostarnos con la música a todo volumen y sin poder utilizar nuestra terraza. En general, nos ha parecido que el hotel está mal gestionado con una carencia evidente de personal que se manifiesta en el restaurante, en la piscina donde nadie aparece hasta las 11:00 de la mañana, en la recepción donde los empleados que están allí con su mejor voluntad no están capacitados para resolver algunos problemas importantes que se plantean y desde luego, en el servicio de limpieza de las habitaciones. Nuestra habitación no quedo limpiada el segundo día hasta las tres de la tarde. Nos quejamos de que no estaba hecha al volver al hotel después de una mañana fuera haciendo una excursión y el Director nos respondió que se hacían antes las habitaciones de los nuevos huéspedes y las de los que estábamos allí alojados era normal que no se limpiaran hasta las tres de la tarde. Juzguen Vdes. mismos si es normal que suceda esto en un hotel de cinco estrellas. Por todo ello nos hemos sentido desatendidos. El personal ha hecho todo lo que en su mano estaba, pero era poco. No parec

3e visite au débotté dans cette demeure bourgeoise qui sait si bien prendre soin de ses hôtes. Le service est à la fois attentionné, discret et rapide depuis l’accueil jusqu’au check-out. Tout y est très bon avec pour ne rien gâcher un excellent rapport qualité prix. Une référence!

Adorei a estadia ; adorei o atendimento; Foram maravilhosos todos os funcionários! Um beijinho à menina Liliana do serviço de pequeno almoço e na recepção ao Luís e Inês super super queridos !!! Irei voltar em breve !!!

Cette vénérable maison, joliment décorée, est très bien située juste en face du pont. On s’y sent bien. Nous n’avons pas pu tester la piscine car la météo ne le permettait pas mais le lieu avait l’air très agréable. Personnel très accueillant, souriant et serviable. L’hôtel était complet et nous avions pu obtenir la dernière chambre. Par contre probablement pas la meilleure (!). Très très sombre avec en plus bien peu de lampes dans la chambre. Donc impossible de l’éclairer suffisamment. C’est comme si c’était la chambre « laissée pour compte ». Une toute petite fenêtre avec vue sur une ruelle sur le côté donc pas de vue; nous étions prévenus c’est vrai, rien à y redire, mais cela n’empêche pas la frustration, quand on sait que la vue sur le Douro est magnifique. Il faisait froid dans la chambre et impossible de régler l’air conditionné : bien que fixé à 30 degrés et sur « heat », il soufflait de l’air froid. Nous avons fini par l’arrêter. Il est vrai que nous ne l’avons pas mentionné à la réception. Peut-être aurions-nous dû. Nous n’avons pas pu tester le restaurant étoilé qui était complet. Pour le reste, tout était parfait. Réception très accueillante et serviable, large choix au buffet du petit déjeuner, avec un accueil chaleureux en salle, literie très confortable, vaste salle de bains (nous regrettons l’absence de douche; c’est moins sympa de se doucher dans la baignoire). Nous deplorons la carte très réduite au bar-restaurant. C’est peut être pour cela qu’il est si peu fréquenté. Dommage, le cadre y est agreable, et le personnel très accueillant et sympathique