Hostería El Bodegón de Gredos

De vergüenza. Llegas y la puerta está cerrada, tienes que llamar a un teléfono y viene el dueño en moto para abrir. Pagamos y no tiene cambio, se lo queda. El ascensor, según indica, está en mantenimiento, llegamos un sábado. No nos ayuda con las maletas. Las habitaciones sucias. En uno de los baños, tenía tres tipos de azulejos. Los filos del plato de ducha, *****s. El wc tenía la llave de agua cerrada, porque la cisterna perdía agua. Las sabanas estaban amarillas y los filos de las habitaciones con suciedad. El aire acondicionado parecía que se caía, lo habían puesto doblado y mejor apagarlo si quieres dormir, ya que parecía un avión despegando, por el ruido que hacía. Cuando nos marchamos no había nadie, tú dejas la llave en una caja de la recepción.

La habitación abuhardillada infame.Un triste Velux en el techo cuya cortinilla estaba estropeada.Los sanitarios con una falta enorme de mantenimiento.Pesimo.

Absolutamente horrible. Sucio, los empleados poco amables, sentía que me pica todo el cuerpo mientras estaba en esa habitación.

Está muy céntrico, y a todos los lados puedes llegar andando. La habitación estaba bien, aunque hay que decir que donde nosotros teníamos la habitación, el pasillo apestaba a tabaco. Algo que tiene que ver más con su situación que con el establecimiento es el reloj, suena toda la noche cada 15 minutos, para los de sueño ligero. Y como es verano, la gente está por la zona hasta altas horas

La habitacion que nos dieron no se parece en nada a las fotos, habitacion abuardillada en la que nada mas entrar ves tres huecos debajo de la buardilla, uno de ellos con una barra y 3 perchas, como quieras colgar un abrigo te da en el suelo y en otro hueco vemos tirada una manta en el suelo, menos mal q es verano y no se necesita. El colchon de la cama viejo con un leve movimiento q hagas para girarte suena mucho y lo peor que cuando quitas la colcha, quitas la sábana encontramos 3 pelos y obvio que nuestros no eran. No puedo caligicar el resto de las instalaciones pq ni siquiera nos quedamos a pasar la noche

Nada más que entra lo que más te llama la atención es un ojo de luz que ay con las plantas abandonadas, le atiende una señora sin prese cia ni imagen ninguna, no piden dni ala hora de hacer la entrada cosa que están en la obligación de hacerlo. Nada más llegar ala habitación nos encontramos la puerta abierta y en una mesita una colilla sobre la mesa sin cenicero, las colchas de la cama con machas en tonos amarillentos, en el baño en la cisterna tenía pelos, en la habitación se dispone de 1 balcón y dos ventanas cuyas ventanas no se limpian en meses la dejadez del sitio es palpable. Cuando llamamos para comunicar lo que hemos visto en la habitación no recibimos una respuesta hasta los 30 minutos después , contando que tuvimos que llamar a varios número y no respondían. Conclusion para el sitio que esta ubicado el hotel es una lástima que esté dirigido por personas que no están cualificadas para hacer este tipo de trabajo. Ahh y ala hora de cenar no pisen el patio de chus .

Por favor toma 2 minutos y lee porque NO deberías venir. Los platos están todos sucios, veníamos con reserva y ni se tomaron la molestia de limpiar ni mucho menos colocar el menaje. La comida en porción de recién nacido y encima robando; no nos trajeron la ensalada (eran 5 míseros platos) y nos lo ponen en la cuenta. Se lo comentamos y solo quitan la mitad del precio de la ensalada. Increíble que se proclamen un restaurante. No seáis tontos y haced caso a las reseñas que todas coinciden.

La comida bastante buena. Pedimos el menú Gastro y fue muy abundante y de buena calidad. La ubicación es buena, en el centro de Arenas, con vistas a las montañas, aunque junto a un parking algo transitado. Lo peor, sin lugar a dudas, el servicio. Básico, rozando o codeándose directamente con la mala educación, y lento. A la pregunta “nos puedes traer el café, por favor?” , la respuesta fue: “Sí, cuando esté”. Pues nada… en fin, una pena, pero para no volver.