Hotel Rural Villa Liquidámbar

Este verano hemos vuelto a Villa Liquidambar y digo "vuelto" porque es el cuarto verano que alquilamos el alojamiento de cinco dormitorios con jardín. La casa, de típica arquitectura de la zona, es muy acogedora, el jardín te permite alargar comidas y cenas mientras contemplas el pueblo y las montañas que lo rodean. El pueblo tiene de todo lo necesario: tiendas de comestibles, bares y una piscina pública excelente. Joaquín, el anfitrión, está pendiente de cualquier cuestión y si le pides que te sugiera planes, te descubrirá múltiples posibilidades.

Sin registro a la entrada ni salida, la factura la he recibido mes y medio despues y porque la he reclamado, desconozco si hay o no recepción, el apartamento sin preparar y no llegue antes de la hora establecida, mientras me fui al pueblo para hacer tiempo a que lo limpiaran mis maletas ni en consigna ni guardamaletas se quedarón en el jardin. El apartamento, sucio, muy sucio, lo peor las manchas blanquecinas en el edredon que no quiero ni pensar... suciedad acumulada de tiempo en la cocina , escrementos de insectos en las puertas de los armarios y frigorifico, mugre y grasa con bichos pegados en los electrodomesticos, vitro con costra en el baño la zona de la ducha con pelos, juntas negras, suciedad acumulada en suelo y pared. Pelos de perro por todos lados y telarañas de meses en los techos (Hipoalergenico) dice en la web Chavales con musica y a gritos en el riachuelo que es publico así como el camino de acceso y puede hacer uso cualquier vecino del pueblo, abuelos que vienen a bañar a sus nietos todos ellos pegados a centimetros del apartamento, para colmo el visillo de la habitación roto tirado encima de una estanteria y te ven al pasar los vecinos del pueblo, perros y niños entrando y saliendo en la zona que se me dijo era solo para mi uso privado. Concierto de guitarra hasta la 1 y media de la madrugada por parte de otros huespedes hospedados en la casa rural y el dueño en el pìso de arriba sin decir nada. Entraron sin mi autorización en el apartamento llave en mano estando yo dentro y no teniendo servicio de limpieza contratado con el consiguiente susto , ademas me filmaron y emitieron las imagenes en tele rioja sin mi consentimiento estando en un sitio privado. Sin mosquiteras se llena el apartamento de insectos de todo tipo y si dejas todo el dia cerradas las ventanas para evitarlo se acumula hasta un 82% de humedad que lo hace totalmente insano. Utensilios de limpieza, hamacas y zonas interiores rotos o deteriorados.Me marche a la carrera en cuanto quedo sitio libre en otro establecimiento hotelero del pueblo que por cierto me trataron francamente bien. El entorno fantástico, pero no por las instalaciones, al otro lado del rio se pueden ver las mismas mariposas, libélulas y paisajes o mejores incluso. Decir tambien que tanto Torrecilla en Cameros como los Torrecillanos son muy acogedores, en otras ocasiones me he hospedado en otros establecimientos de los que he salido encantada y he encontrado gente muy profesional. En 35 años me he alojado en infinidad de Campings, Bungalows, apartamentos y casas rurales y jamás he encontrado tal cantidad de irregularidades como en este sitio. Todo lo dicho y alguna cosa puedo demostrarlo con fotografias.

Estuvimos una semana en el hotel y no podemos tener ninguna queja. La habitación y el baño son amplios y con todo lo necesario y la cama es muy cómoda. Además la casa dispone de un salón común y una cocina que, aunque no utilizamos, están muy bien equipados. El jardín común es precioso y las vistas al río son increíbles. Además tuvimos la suerte de tener unos "vecinos" fantásticos. Tanto Paloma, que se encarga de las reservas, como Joaquín y Lucía, los anfitriones, son muy amables, están pendientes de todo lo que necesites y resuelven cualquier duda en el momento, además tienen un gran conocimiento sobre la zona y te aconsejan sobre todo lo que se puede hacer. En cuanto a la comarca, no la conocíamos y nos sorprendió lo hermosa que es: los paisajes son preciosos y la arquitectura es impresionante, cuando nos trasladábamos de un punto a otro nos daban ganas de parar en cada pueblo y cada rincón natural que veíamos. En resumen, una experiencia maravillosa. Gracias por todo Joaquín, volveremos y echaremos otro vino en el jardín :)