Hotel Rural Bermellar

Lugar con un encanto apasionante, desde que entras por la puerta te transporta a un mundo lleno de tranquilidad e historia. El Gerente Miguel amable no, lo siguiente.... Pueblo pequeño pero muy familiar. La cena y el desayuno hecho con mucho cariño por Miguel (excelente mano en la cocina). Tanto las habitaciones como el resto de la estancia muy acogedoras, y no se pueden perder la piscina de agua termal, de cine.

Reservamos todo el hotel para una gran celebración familiar, incluido su patio en el que disfrutamos de abundantes y deliciosos desayunos y barbacoas con música. Las habitaciones decoradas de forma rústica, sencillas y con gusto, algunas de ellas con hidromasaje. La piscina en la cueva termal fue perfecta para entretener a los niños durante el fin de semana. El trato con Miguel fue estupendo, atendiendo todas las necesidades al momento. Absolutamente recomendable! Ana

Si buscas una experiencia de tranquilidad este es tu sitio, las habitaciones de piedra son preciosas y el trato del personal increíble. Destacar a Ruth por su buen trato y siempre amable con nosotros. Ha sido bonito pas**** un rato de la noche junto a la chimenea del salón y también disfrutar del spa, lugar recomendable sin duda si quieres evadirte de la rutina de la ciudad y desconectar

Todo más o menos bien hasta la hora del desayuno. Cuarenta minutos esperando para desayunar y allí no aparecía nadie. Además, les llamamos un par de veces y no contestaban las llamadas. Cuando los dueños estaban en la planta de arriba de la casa viendo la televisión. Con un par!!! Nada recomendable. Una pena, ya que el sitio podría estar muy bien.

El lugar es bonito, Zona de los ARRIBES, zona rural y con sus encantos, pero el alojamiento que es lo que opino muy “CUTRE”. Se describe en Smartbox, como Hotel Rural Bermellar***, nada más lejos de la realidad, pues nada mas entrar se observa el desorden de zonas comunes. La habitación era pequeña (ejemplo de armario en la foto adjunta), carece de limpieza, bañera hidromasaje SOLO DE ADORNO, plato de ducha desagua mal, eran dos noches y el primer día hasta las 16:00 no dejan hacer el Checking y el 2º no hacen la habitación ni la limpieza. En las zonas comunes, mucho desorden. El desayuno, lo ofertan como CONTINENTAL, y jajaja(zumo de brick, taza leche y café dos bollos industriales y tostada), por favor yo creo que eso NO ES CONTINENTAL(pues faltaba lo demás). Bien están las casas ó hoteles rurales, pero no esto (además de aparecer con 3***). Telas de araña, con arañas incluidas, en el techo del baño y en otros espacios de la habitación. Mal por mi parte, no haberme fijado en las opiniones de otros usuarios. La zona muy bonita, pero este alojamiento, Decepcionante y NO RECOMENDABLE.

Nuestra noche en este hostal fue cuanto menos una experiencia. La habitación que nos dieron estaba en el patio, al lado del leñero. El dueño nos aseguró que era muy íntima y que íbamos a estar a nuestro "rollo". Más bien estábamos aislados y a la intemperie. La habitación no contaba con muchas comodidades, ni tampoco con calefacción. Tenía una estufa de leña y un calefactor eléctrico, que tuvimos que apagar porque se iba constantemente la luz de la casa y nos dijeron que si no lo apagábamos “podía explotar la caldera”. Para intentar calentar la habitación prendimos la estufa de leña, con el correspondiente olor a humo en toda la habitación y en nuestra ropa. Aún así, al estar aislados de la casa, por la noche pasamos mucho frío, aunque el dueño nos aseguró que eso "era parte de la experiencia". En cuanto se apagó la estufa la temperatura de la habitación bajó mucho. Las ventanas no eran muy buenas y el frío entraba por todos lados. Tuvimos que dormir con las sudaderas puestas porque hacía frío de verdad. Tampoco fue fácil darnos una ducha con agua caliente ya que, al parecer, si se duchan varias personas, algo que puede ser bastante común en un hotel con varias habitaciones, el agua caliente se acababa. Y en nuestro caso la ducha era bastante necesaria gracias al olor a humo de la estufa. Además de esto, los perros que había en el patio al parecer tienen la costumbre de dormir en la puerta de esa habitación, ya que está un poco resguardada al tener un tejadillo, y no pararon de ladrar en toda la noche. Además, había que estar con cuidado porque se metían en la habitación cuando abrías la puerta. Por nuestra parte no había problema con los perros, que además eran muy amigables, aunque puede que no a todo el mundo le guste que se le suban encima dos perros que no conoce y no están necesariamente limpios.

Hemos pasado un finde de experiencias inolvidables,el hospedaje en el Hotel Rural Bermellar nos ha enriquecido un poco más qué sentimos qué en eso consiste la Vida,una casa de 200 años de antigüedad reformada por su dueño Miguel,con toda su esencia patrimonial hecho con su Amor y sus manos, también hemos conectado con sus perros...Estrella,Saúco (qué en Asturiano sería Xabú, no te lo comentamos Miguel) y Venus 😍 qué nos cautivó. No sólo nos quedamos con la estancia en tú casa, también con la calidad de nuestras conversaciones y la cercanía qué nos has dado, Dónde Reina el Amor Sobran las Leyes,un súper saludu de les Asturianes!

El lugar es bonito y la casa tiene detalles bonitos. Es lo único bueno que tiene el sitio. Si os alojáis allí que no os den la habitación más cercana a la puerta principal. Después de dejar las maletas y de ver la zona el viernes cuando llegamos al hotel nos encontramos con el baño lleno de agua (suelo, bañera, paredes, etc). Llamé al responsable por teléfono y me dijo que era que en el piso de arriba estaban dando un mal uso de la bañera y que se filtraba el agua. La única solución que nos dio fueron muchas disculpan y perdones, y una copa de vino si queríamos, ya que como estaba todo lleno no nos podían cambiar de habitación. Cogimos unas toallas y las pusimos en el suelo para salir del paso. Sin embargo, al día siguiente no nos hicieron la habitación ni limpiaron nada, alegando que no entraban en las habitaciones si los huéspedes no estaban presentes, algo sorprendente al trat**** de un hotel. La verdad es que fue muy surrealista toda la experiencia porque al responsable ni lo vimos en persona, y tuvo que dar la cara un empleado sin saber muy bien a qué atenerse. A modo resumen, la zona muy bonita y para repetir pero lejos de Bermellar.

Ideal para desconectar y pasar una estancia rural agradable. No busques lujos ni tecnologias, esto es para desconectar y disfrutar de la naturaleza de sus alrededores. Buen trato con recomendaciones culinarias por la zona(no son restaurantes michelin ni falta que hace). la noche que pasamos fue con la estufa de leña y ni un agota de frio, me atreveria a decir incluso que pase calor. Buen trato y atento en todo momento por si necesitabamos algo. Recomendable 100%