Hostal Llanda

Lo conocí por la radio, nos acercamos un Domingo a comer y estaba a tope. Rápidamente nos hicieron un sitio.La comida y el trato excelentes junto a unas instalaciones fantásticas y el precio . Un lugar para tener marcado para frecuentado habitualmente.

Llegamos de casualidad, buscabamos algo diferente y encontramos el sitio perfecto. Cuando se quiere ser hostelero, se tiene claro el objetivo y se trabaja con detalle cada dia, el exito esta garantizado. David , gran anfitrión. Buena cocina, buen servicio, buen precio. Todo recomendable. Un placer haber coincidido y prometo volver pronto. Gracias por todo.

Atención y servicio excelente. Comida exquisita y casera. Recomendable 100%. La terraza es muy amplia y el lugar muy tranquilo. El lugar es ideal para ir con la familia y hay zona para que jueguen los niños.

Restaurante con una buena terracita muy agradable .Carta no muy extensa pero todo bueno y buenos precios.A destacar el pulpo con puré de patatas y también el solomillo de ternera y las rabas y los chopitos.Tambien tiene fácil aparcamiento.Recomiendo reservar antes

Acudimos a tomar unas cañas y raciones para picar y nos sentamos en la terraza. Media hora y el camarero no nos atendía, al rato viene y nos dice que no podemos estar en esa mesa porque la tiene que montar para comer, después de vernos allí hacia unos 20 min. Nos hace levantarnos sin servir para trasladarnos a una mesa en la zona de la terraza a la sombra (fría) exactamente igual a la que estábamos. Absurdo y de trato pésimo. Nos toma nota y nos dice que solo bebidas, que ni unas aceitunas nos puede traer, que las raciones las lleva otro camarero. Otro camarero que no vino nunca, nos quedamos sin nada, tampoco nos quedaban ganas... Lo mejor es que nos llega la cuenta y nos cobran 30 eur por 2 cervezas, 2 vermús y 1 zumo de melocotón. 😳😳 Se lo decimos y de mala gana nos dice que está bien, a la segunda lo mira y se va con la vuelta para volver y dejarnos la cuenta en 16 eur. Ni un perdón. Trato de lo más pésimo que vi en la vida. Para colmo la mesa de la que nos echo al rato se ocupó por otras personas tomando unas cervezas, que forma de quedar mal con los clientes. Postureo y poca profesionalidad, parece que hoy en día cualquiera se monta un local y se cree hostelero. Lamentable