El Hotel excelente, hermoso, antiguo pero muy bien conservado! El personal casi todos sumamente amables y eficientes. Nos atendieron de manera excelente: Dimaría, en la cafetería, Tomás como bellboy, Mara, en recepción y la Sra. Laura en el desayuno . Todos ellos hicieron un extra por nosotros, pero los demás meseros y el chico de recepción de la mañana fueron muy atentos y serviciales. Los únicos que no fueron atentos: un hombre que preparaba los huevos en el desayuno (el lunes) que ni siquiera contestó el saludo, y Guillermo en recepción, quien al ver llegar a otro cliente, me dejó de lado por hacer “un check in”, y al momento de cerrar la cuenta tenían un error, y se comportó como si nosotros quisiéramos hacer trampa (el error era que no habían hecho un descuento del 20% en el consumo de alimentos, ofrecido al principio y que no estaba aplicado por su sistema. El mobiliario hermoso y bien cuidado, la cama ya maltratada por el uso, pero que mejoró con un cubre colchón.
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