Para nosotros siempre ha sido un puntal básico de nuestras comidas de fin de semana pero se lo están cargando poco a poco con la calidad y la preparación d las comidas. Hoy ya ha sido el culmen que se lleva cuajando desde la pandemia...el botillo estaba incomible ( otras veces ha sido comible pero con diarrea a últimas horas de la tarde), un olor a podrido y ya el sabor....ácido, muy ácido. Mi pareja lo probó y corroboro lo que ya olía. Lo comenté al camarero ( una nueva incorporación) y dijo que avisaria a la cocina...nunca mais. Siendo clientes habituales a la mesa no apareció nadie ni para excus**** ni para traer otra ración. Fin de la historia, cuenta completa sin descuento y ni un gracias y hasta luego. Hasta nunca me parece que les he dicho yo. Ya van más de una oportunidad que hemos brindado por, la simpatía del personal y el entorno, pero lo de hoy, no se lo perdono ni a este ni a ningún restaurante...que hay muchos. Una pena en el alma de verdad, estoy muy muy muy ofendida
Translate