Posada El Puente

Precioso alojamiento en uno de los pueblos más bonitos de Cantabria. La calidad de la comida es excepcional, cocido montañés, cecina, croquetas, postres caseros, todo elaborado con productos locales. Muy cerca de San Sebastián de Garabandal, San Vicente de la Barquera, Santillana del Mar. Agradecimiento especial a Aparicio y a Gema, que desde que llegamos nos trataron con mucha amabilidad y mucho cariño, haciendo de nuestra estancia una maravillosa experiencia. Nos vemos pronto.

Magnífica experiencia. Aparicio y Gema son encantadores y muy acogedores. En el restaurante se come estupendamente, todo elaborado por ellos con productos naturales de la zona y de su huerto. La posada está muy bien y el pueblo es muy bonito. La ubicación es ideal porque está en un paraje precioso de interior pero muy cerca de los pueblos de costa que nos aconsejaron en la posada visitar: San Vicente de la Barquera, Comillas, Santillana del Mar.

Hemos estado como en casa. Aparicio ha sido muy amable y muy atento con nosotros. La comida deliciosa y el sitio cuidado con muchísimo cariño. El pueblo es Muy bonito y repetiríamos en esta posada sin lugar a dudas. Gracias por todo, ha sido todo un placer.

Una excelente experiencia en el precioso pueblo de Carmona. Las habitaciones son amplias y tranquilas. Sencillas, pero con todo lo necesario para disfrutar de la estancia. Respecto al restaurante, todo es casero y de primerísima calidad: la carne, las croquetas y, como no, un cocido montañés buenísimo. Para asegur**** de que tendrán cocido hay que llamar y reservar, ya que el cocido se hace al día y sólo si hay reservas suficientes. Si no se ha reservado puede que quede alguna ración de más que hacen para quienes lleguen a tiempo. Recomiendo guardar un hueco para el flan de queso y la crema quemada de postre ¡Qué buenos! Como contrapartida de la excelente calidad de la comida hay que asumir una carta más corta que la de otros restaurantes que no preparan los platos al día. En cualquier caso, la carta es mas que suficiente para probar platos diferentes. En resumen, un entorno y un lugar maravillosos para pasar unos días en el que lo mejor fue la atención y la gran amabilidad de los propietarios.

Es la primera vez q escribo una reseña pero creo q este sitio y su personal la merece. El año pasado estuvimos por estas fechas comiendo en familia y nos gustó mucho así q decidimos repetir con 2 invitados más. No nos equivocamos en absoluto. Disfrutamos el maravilloso producto y la cocina casera tradicional. Cocido montañés para 4 buenísimo y a buen precio. Las alubias las sirven en 1 cuenco grande para q puedas repetir y aún así nos sobró. El compango también te permiten repetir. Las niñas se decidieron por unos escalopines con patatas fritas caseras. La carne era una verdadera delicia. Pero si me he decidido a escribir es para dar las gracias al personal. Trato serio y educado, sin alardes. Durante la comida una persona de otra mesa se atragantó, la cosa no pintó nada bien por momentos y el q supongo es el propietario le hizo la maniobra de Heimlich. Todo volvió a la normalidad. Me parece q necesitamos muchas personas de este tipo en nuestra sociedad. Aparentemente seria, pero honesta y dispuesta a la ayuda sin alardes. Eso sí, absolutamente recomendable reservar.

Buen producto 100 % local; magnífica elaboración; excelente servicio. A destacar: el cocido montañés (uno de los mejores que he probado) y el entrecot de vaca tudanca (que deja pálidos a Wagyus, Angus y demás). Los postres, estupendos, completan una experiencia gastronómica magnífica. Si hace bueno y te sirven en el porche, ya es insuperable.

La Posada se encuentra dentro de un entorno espectacular. La cocina es casera y pidas lo que pidas esta todo buenísimo. Las habitaciones son sencillas y cómodas. Pero sobre todo nos quedamos con el buen trato que nos dieron, nos sentimos como en casa. Recomendable al 100%. Seguro que volveremos!!! 😘 😘

Solo por venir a comer aquí, merece la pena acerc**** a Cabuérniga. Ya estuvimos el verano pasado y además de lo precioso del paraje, venir a comer a este sitio es una auténtica delicia. El cocido montañés, las croquetas, el vino, la tarta de queso y el helado de arroz con leche son de espectáculo, tanto a nivel de calidad como d precio. El servicio súper atento y amable, como en todos los sitios en Cantabria. Volveré, seguro.