Tenía grandes expectativas y se han cumplido. Nos sorprendió que estuviera en un lugar tan céntrico, pues una se imagina que va a estar en campo abierto. Igualmente se respiran allí una paz y un silencio maravillosos: en todo el Parador y especialmente en sus jardines, una finca preciosa llena de árboles y sorpresas, ideal para celebraciones o para relajarte con un libro. La habitación era estupenda, daba a dos jardines distintos, y muy silenciosa (y eso que el hotel estaba prácticamente lleno). La cama... podría acostumbrarme a ella sin problema. Tanto en la recepción como en el restaurante el personal es superamable y atento. Por poner un pero: cenamos a la carta y el restaurante nos pareció muy corriente para lo que una espera de Paradores y en relación con el precio de la cena. Creo que no está a la altura, y el ambiente y todo, en comparación con otros paradores, era muy de hotel al uso. El restaurante flojito, todo lo demás de primera.
Translate