La Posada de Colomera

Para comenzar, decir que es la séptima vez que disfruto de dicho servicio. Fui con mi pareja durante más de hora y media de ruta con los caballos y hay que destacar la amabilidad de Pepe que hizo que nuestra experiencia fuera lo mejor. Repetiría sin duda debido a que los caballos están super bien adiestrados y son muy obedientes, además creas una conexión con ellos muy real.

Todo estupendo salvo a la hora de hacer el checkout que nos solicitan el pago de un suplemento de que no fuimos informados ni en la reserva ni en checkin por ir con una niña de 5 años Nos sentimos engañados, mala cara al pedir el recibo del pago de ese “suplemento” además de que tenía que ser en efectivo ya que por tarjeta tenia un recargo adicional de 5 € más

Hemos estado toda la familia el pasado fin de semana y la experiencia no ha podido ser mejor. La atención por parte de los propietarios ha sido inmejorable. Las habitaciones sin lujo pero cómodas y con todo lo necesario. El desayuno correcto y con productos caseros elaborados en la posada. Hay aparcamiento suficiente en la calle. El pueblo de Colomera es pequeño y sencillo pero perfecto para desplazarte a Olivares a pocos kilómetros para hacer la ruta senderista del Gollizno. Y recomiendo especialmente la ruta a caballo que ofrecen los dueños de la posada. De ello se encarga José Eduardo padre que lo hace con verdadera pasión. La ruta a caballo dura dos horas y transcurre por unos parajes preciosos de la sierra. Y todo a unos precios muy asequibles, tanto las habitaciones como la ruta a caballo.

La habitación calentita al llegar y muy acogedora; el agua caliente de la ducha tarda un poco en llegar pero es estupenda. el desayuno casero y rico. personal amable. preciosas vista desde los miradores del curioso pueblo.

Como siempre dejo mi opinión y voy a ser objectivo: Fuimos con un Cofre ViP donde entraba 2 noches, 2 cenas y 2 desayunos, este cofre costo 149,90€. De la habitación y del salón comedor no tenga nada que comentar, a nivel de la decoración, olor, etc. Sabíamos donde íbamos. Pero no puedo dejar de mencionar algunos aspectos importantes, la habitación la primera noche no tenía papel higiénico, ni shampoo, ni gel de baño, solicitamos el papel y nos lo taeron amablemente. Pero lo más grave fue la ausencia de calefacción en toda la casa durante los 2 dias, no podemos tener un establecimiento abierto de cara al público, aunque seamos dos parejas alojadas la primera noche. Porque en enero, hace mucho frió y la habitación no está dotada de edredones de invierno. Conectaron un calefactor de aceite, pero era insuficiente, pasamos bastante frio durmiendo y duchandonos (creo que sería un cilindro de agua y cuando nos tocó, el agua salía tibia). La cena en la primera noche, fue igual, no pudimos sacarnos los abrigos, porque hacía mucho frió. En la segunda cena, nos pusieron un aparato digital debajo de la mesa, pero es insuficiente. En el segundo desayuno, éramos 3 parejas y ya nos pusieron el aire acondicionado.... Parecería que era cuestión de número de alojados para tener derecho a calefacción. Cuando nos íbamos, nos pedirán 8€ en concepto de bebida, porque segun elos no estaban incluidas. Puedo decir que si no están incluidas lo tiene que decir claramente, dejaré una foto para que lo puedan comprobar. Me pareció un detalle muy malo, por todo el frió que pasamos, yo personalmente no dormí en las 2 noches. Para dedic**** a recibir a la gente, no se puede escatimar, porque viendo los precios que ofrece este establecimiento, con el dinero que costó el cobre deja margen para tener beneficios. Los desayunos son aceptables. Las cenas fueron correctas, aunque sin opción a escoger ningún plato.

Colomera es un pequeño pueblo entre montañas y con mucho potencial, si quieres sacarle partido Jose Eduardo un señor apasionado de los caballos y buen conversador te enseñará los caminos por los que pasaron romanos, visigodos y árabes montando a caballo. El paisaje es una maravilla para desconectar unos días y la posada la cual la dirige la misma familia es una antigua posada reformada en la cual te sientes como en casa.

Todo estuve súper bien, genial, maravilloso, etc. El trato hacia las personas es muy bueno te tratan con mucho cariño y mucha amabilidad, repetiremos muy pronto. Gracias por todo sois un equipo muy encantadores.

Qué hermosa experiencia! En una tarde agradable fuimos a montar en un pequeño grupo de 4. El entorno era impresionante, los caballos eran agradables y José fue un guía maravilloso. Nos dio la oportunidad de ir al frente y galopar. Escuchamos la historia de la pequeña ciudad y realmente pudimos disfrutar de la conexión entre el caballo, la naturaleza y usted mismo. ¡Volveremos! Definitivamente recomiendo esto a todos los que están en la región.