Hotel Vitorio

No me ha gustado nada, el trato malísimo, el hombre muy antipático, la decoración da miedo, la iluminación en habitación y baño es mínima prácticamente no se ve, los muebles, ropa de cama etc muy viejas y antiguas, el colchón y almohada incómodas, la piscina bien pero las hamacas llenas de telarañas. Incluso el olor al entrar ya no me gustó. No volvería a este hotel. Tanto el personal como el hotel my raro.

Tras 5 noches puedo decir que los dueños, además de tratar al viajero como a uno mas de la famila, intentan que tus gustos y necesidades estén siempre cubiertas. Los jardines, la piscina, habitaciones y zonas comunes están siempre limpias. Las habitaciones tienen muchos enchufes, grandes ventanales, baño grande, ducha con una presión de agua espectacular, armarios muy amplios, colchones cómodos y almohadas de sobra para cualquiera. El desayuno es casero, bizcocho diferente cada día, mermelada con ingredientes de su huerto, zumo recién exprimido, pan de hogaza buenísimo, todo perfecto. El dueño, su hijo y su mujer son para sent**** y que te cuenten la historia y costumbres de su tierra, nos aconsejaron qué ver y qué hacer cada día con un gran acierto, los embajadores perfectos para Asturias. No hay nada malo que decir de este hotel, cuando vuelva a Asturias ya tengo hotel.

Accoglienza sgradevole è il titolo di questa recensione. Ed è l’unica cosa su cui posso scrivere perché per il resto non ho avuto modo di valutare nulla visto che abbiamo deciso di cancellare (anche a costo di perdere i quasi 200 euro già anticipati) e andare altrove. Per la cronaca arriviamo qui dopo un viaggio in macchina da Bilbao alle ore 12 (non le 7 del mattino, le 12!!! ). Entriamo e un uomo sui 40 anni ci riceve per il check in. Ci chiede se avevamo prenotato con Booking o con *******. Alla nostra risposta controlla la prenotazione e legge ad alta voce il nominativo (che confermiamo), la durata del soggiorno e in ultimo la “Habitacion Matrimoniale” con letto unico. Da questo momento in poi il suo tono nei nostri confronti (me e il mio compagno) cambiano. Ci ripete per almeno 4 volte che il check in è dalle 4 alle 8, e ogni volta con tono sempre più sgradevole. In tutto ciò: - nessuno “bienvenido”; - nessuna proposta di usare spazi comuni per riposarci; - nessun “come è andato il viaggio”; - nessuna proposta di offrirci il succo di frutta che aveva proprio lì al suo fianco evidentemente per i clienti appena arrivati; - solo “desde las quatro hasta las ocho”… Unica proposta: lasciare “las malettas”. La nostra dignità e il rispetto di ogni persona non ha prezzo… pertanto preferiamo regalare questi 200 euro e andare altrove. Muchas Gracias

Cama durisiiiiima ......trato adusto por parte del encargado ....desayuno bastante bien...y buena atencion por parte de la camarera.....humedad en las habitaciones.....lo mejor el aparcamiento....y bien situado para ir a la playa del aguilar

Mi pareja y yo nos quedamos una noche en este hotel y hemos estado muy bien. No entiendo los comentarios de la gente cuando al fin y al cabo buscas una habitación para dormir que esté limpia y tenga buenas condiciones y este hotel las tiene. El baño es enorme, sobre todo la ducha y todo estaba muy limpio. Por poner una pega, la cama estaba demasiado dura. Además, tiene desayuno por 3,5 euros bastante completo, todo casero. En general, muy bien, volvería

Yo leo muchas quejas pero cada uno vive su experiencia yo fuy con mi perro y mi pareja y la verdad muy bien estuvimos muy agusto María Jose un encanto puro nervio y el sitio es bonito y la habitación sencilla pero bien para dormir y el lavabo grande nos gustó

La estancia en el hotel ha sido desagradable. Desde el primer momento que nos atendió el hombre joven de la recepción, se respiró en el ambiente una frialdad y una tensión que nos hizo estar incómodos. El trato de la madre, que es quien atiende en el desayuno y del hijo que se ocupa del check in y el check out, es frío y autoritario. Se nota que no les gusta la gente. La señora refunfuña y habla de malas maneras a los clientes, siendo distante e incluso no tuvo ningún reparo en hacer, delante nuestro, algún comentario de tono racista, al dirigirse a unos clientes andaluces de la siguiente manera: "los andaluces son peores que los moros" y criticar que "hablaban raro". No sólo fue esta la única expresión despectiva que oímos, también criticaba a clientes que no le encajaban, exigiendo buenas maneras a sus huéspedes, cuando ella no sabe ni lo que es la educación. Quiero señalar esto para reafirmar mi disgusto con el alojamiento, a parte de otras cuestiones que me parecen nimias en comparación con lo arriba expuesto.