Hotel Tugasa Las Truchas

Todo bien

Un gran hotel, con un personal muy agradable, trabajador y exquisito en el trato. Las habitaciones son amplias, estilo rustico, el cuarto de baño muy bien y muy buenas vistas. La recepción estupenda y aún teniendo una incidencia pues íbamos dos parejas pero una por enfermedad no pudo venir, fue muy receptiva y comprensiva pues no cargó la estancia. Volveremos pues ha sido muy agradable todo.

Excelente hotel en un entorno privilegiado. Gran encanto rural no solo por la ubicación sino por el propio establecimiento. El espacio junto a la chimenea es nuestro rincón favorito. Buenos colchones, mucha limpieza y gran tranquilidad con un servicio excelente.

Bon emplacement Parking facile Accueil rafiné Petit déjeuner copieux

50 minutos esperando para que nos pudieran la bebida. Con reserva a las 14:30 no empezamos a comer hasta las 15:45, faltaron platos. Buen hotel pésimo restaurante

A pesar de haber puntuado muy bien a este establecimiento con anterioridad, he de manifestar que la nueva decoración que están estrenando no es la adecuada. Soy visitante habitual de este paraíso llamado El Bosque, y Las Truchas ha sido siempre mi referencia como hotel. Su mobiliario de madera artesanal, la decoración de ciertas paredes con aperos tradicionales y herramientas tradicionales del campo, su vistas… han sido alterados con su eliminación radical (ya no están) y por unos estores grises que impiden ver como es debido los cuadros naturales que lo hicieron famoso; esto es, esos magníficos ventanales que ahora, con los susodichos cortinajes grisáceos, impiden ver el paisaje único de El Bosque. Qué desacierto. Por no hablar de los casilleros de madera para las llaves en recepción, que han sido sustituidos por una especie de linóleo totalmente desorientado y, en general, la decoración autóctona con más de medio siglo de historia, ha sido modernizada inadecuadamente, buscando, al parecer, la ‘uniformidad’ con el resto de hoteles del grupo. Preguntando por el asunto, me dicen que ha sido un estudio de decoración catalán el autor de tal locura desproporcionada. Sea de Cataluña o no, a mi parecer, han destrozado el espíritu rural o personalidad propia del establecimiento. Hay muchas cosas que podían haber modernizado o arreglado (algunos sofás incluidos), pero hacer más ‘chic’ a Las Truchas es de cateto de pueblo. Por cierto, lo de quitar la silla de madera maciza de las habitaciones para sustituirla por su ausencia (nada), implica tener que emplear la cama como escritorio y el escritorio como cama. Nada que decir de la amabilidad indiscutible e inalterable del personal, o de su restauración y, menos aún, del pueblo de El Bosque que, como siempre, son un paraíso.