Alberjerte

En interior y con la mascarilla aún obligatoria: nadie del personal (salvo un cocinero que apareció un momento) se la puso jamás en toda nuestra estancia. Pero esto fue lo de menos. Habíamos reservado hace meses y pagado 40 euros por adelantado. Nos habían mandado una factura muy clara (dos personas, cuatro noches, con carnet de alberguista): 120 euros faltan por pagar. El encargado nos dice que la factura es errónea, que la página de la REAJ es errónea, que el mensaje ha sido enviado automáticamente y que tenemos que pagar 40 euros más en total. Si todo era tan erróneo, ¿por qué no nos enviaron una factura "buena" nada más reservar, cuando nos comunicamos varias veces con las personas que llevan el albergue y tenían todas las formas de contacto? Pretender que paguemos más de lo que pone en la factura es, como mínimo, sospechoso e irregular. Nos dicen que "todo el mundo lo ha hecho" y que "llevan meses con este problema". Nosotros, sintiéndolo mucho, pagamos lo que dice la factura, claro. Nos resulta incómodo y violento este comienzo, y se podía haber evitado. Segunda noche, sábado. Lo que aparece como "cafetería" anexa al albergue, resulta funcionar como una discoteca con música vibrante y muy alta más allá de la media noche. Las paredes retumban y es imposible dormir. Hay gente que sube y baja las escaleras de nuestra planta. Parece que el albergue es un añadido a la "disco" y que está para solaz de la clientela. ¿Un alojamiento con discoteca incorporada, disfrazada de cafetería? Es como para que te devuelvan todo el dinero. Llamamos a la guardia civil. Bajamos indignados y en pijama y se ríen de nosotros, como si fuéramos una aparición. El encargado nos dice: "mañana te piras". Alucinante. Día siguiente. Hace frío y en el albergue, cuando volvemos de nuestra excursión, ya solo estamos nosotros dos y no hay calefacción ni agua caliente para ducharse. Una mujer muy agradable, madre de uno de ellos a la que ponen a limpiar todo (bien mayor, la mujer) se tiene que encargar de ponernos la caldera, previa llamada a su hijo. Al parecer, encuentran aceptable que, por ser los únicos que se alojan allí esta noche (como si fuéramos nosotros responsables de esto) no tengamos derecho a calor y agua caliente. Nos lo ponen como haciéndonos un favor. Me da pena que se deteriore así el servicio de la Red de Albergues porque creo que son una opción maravillosa para alojarse, siempre que se pongan en manos de personas dispuestos a llevarlos de manera ética y respetando a quien los usa.