Es difícil plasmar con palabras nuestra estancia en dicho Hotel, el personal super amable, cercano y familiar (especial mención a Miguel y Mayra, fueron las personas con las que más traté), fuimos con una expedición de 50 personas (42 adolescentes y 8 niños), con una estancia de 3 días. Nos dio la sensación de estar como en casa (a pesar de estar a 1.000 kms de casa). Atendieron favorablemente TODAS las peticiones. El hotel está en un sitio nada ruidoso, por lo que el descanso es cómodo y placentero, al carecer de ruidos. Las habitaciones tienen su propia cocina con mini-nevera, un baño completo y una cama grande y cómoda, además de una pequeña terraza. Personalmente no usé la piscina, pero sí la expedición, pasando en ella la mayor tiempo del tiempo libre. Decir que tiene una cama elástica y una pista de mini-basket donde también disfrutaron bastante. La comida era bastante sabrosa y abundante (al menos nuestro menú, constaba de entrante, primer plato, segundo plato y postre). La zona de la cafetería muy limpia, luminosa, y con terraza donde se ven las piscinas, si vas con niños pequeños es fácil controlarlos mientras degustas un buen café (porque hacen un café maravilloso) o te refrescas con las diferentes cervezas de las que disponen. Parece estar en "mitad de la nada" pero es todo lo contrario, en un pequeño paseo estás en la playa y Club Náutico de Sanxenxo, por lo que no es necesario desplaz**** en coche. Grata sorpresa y mes llevo un pedazo de ellos. GRACIAS AMIGOS.
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