Hotel Gastronómico Torre de Galizano

Precioso hotel , nueva construcción , limpio , tranquilisimo y con fantásticos colchones.Todas las habitaciones tienen jacuzzi !Las habitaciones son amplias y tienen bonito balcón. El hotel por abajo es bonito con parking privado . Tiene un restaurante fantástico

Quiero agradecer la amabilidad y profesionalidad de Paula, que en la recepción del hotel me resolvió, con todo interés, un problema con una reserva equivocada. Da gusto encontr**** gente así. Enhorabuena y muchas gracias.

Buen hotel en general a pesar de habitaciones pequeñas y con excepción del desayuno. El desayuno continental es escaso y para el nivel de hotel que es, podrían poner mantequilla y mermeladas más artesanales. Tuvimos oportunidad de ver el desayuno gourmet, y nos pareció un despropósito tanta comida que en muchos casos acaba quedándose en la mesa. Sería ideal un desayuno intermedio entre ambos.

Habitación 202. Habitación torre. Estancia incómoda, toda la zona del cuarto de baño es una buhardilla, te das golpes en la cabeza aunque seas bajito. La zona del servicio es minúscula y con una puerta corredera de adorno, no cierra nada. La calefacción sólo calienta el baño, así que la zona de la cama se siente fría. La cama no tiene cabecero, y encima de la almohada están las ventanas, que no tiene persiana, solo una cortina opaca que no puedes correr porque te queda encima de la cara, molesta y no te aporta oscuridad. Además en esta zona está la escalera a la parte de arriba, con la que seguro te darás otro golpe en la cabeza. Arriba hay dos sillas una mesa y una tele, es una estancia sin ventanas, nosotros esa zona no la usamos para nada. Además cobran la estancia nada más llegar, algo que nos sorprendió

Hotel muy acogedor y familiar. El edificio es muy bonito y el enclave excepcional. A destacar la amabilidad del personal tanto de la recepción, restaurante, cafetería y servicio de habitaciones. La habitacion muy completa con jacuzzi y tamaño. Ideal para una escapada romántica. Volveremos

El hotel, en general, está bien. Las habitaciones amplias, la cama y la ducha muy buenas, la limpieza excelente. Los aspectos negativos serían: Decoración fría, supuestamente moderna, sin ningún toque natural (estamos en Cantabria donde todo es hierba). Ninguna flor y mucho cemento. Todo gris. El inodoro de las habitaciones minúsculo con puerta de cristal (opaco, eso sí, pero se transparenta todo). En uno de ellas el inodoro y la ducha comparten un espacio de poco más de 1 m2 sin ninguna separación. Esta fue la primera habitación que nos ofrecieron y tras nuestra reclamación amablemente nos recolocaron en otra, porque ese espacio era inaceptable. En los tiempos que corren en que se debe suprimir todo desperdicio de alimentos ofrecen un desayuno gourmet de muy buena calidad con un exceso de ingredientes con grandes cantidades de mantequilla, mermelada o aceite que no creo que nadie se las termine. Al final irán a la basura. ¿No es más lógico pedir lo que verdaderamente se vaya a comer?

Pequeño y precioso hotel, situado en un pueblo pequeño y muy tranquilo. Buen parking exterior, instalaciones limpias y en buen estado, atención correcta. Nos alojamos en una doble premium, cómoda y espaciosa, pero con algunos detalles muy mejorables: muy mal insonorizada (el hilo musical que sonaba en el pasillo molestaba), las almohadas pésimas, las toallas y la ropa de cama regulares, y la ducha un desastre (situada al lado del váter, sin cortina ni mampara que la aísle, quedaba todo el suelo mojado al usarla... incomprensible). Supongo que para ahorrar en personal, te obligan a reservar una hora exacta para el desayuno (cuando llegamos solo quedaban huecos a partir de las 9:30 h.), algo incomprensible si tomas el desayuno continental (zumo, café, magdalenas y tostadas) que no necesita demasiada preparación. Precios correctos.

Hemos estado una noche. En una bonita habitación con reserva para el restaurante. La habitación perfecta. Elegimos la habitación premium, con un pequeño balcón y por la climatología que hacia una buena calefacción.por lo que todo tenía un clima acojedor. Incluiría a modo personal 2 tipos de almohadas ya que a nosotros nos pareció bajas (no es una crítica, más bien una opinión) El restaurante, elegimos el menú largo. La atención excelente ya que estábamos solos, chimenea encendida, lloviendo lo que hacía que la cena fuera aún más especial. Maitre y camarero, perfectos. El menú, dentro que no somos grandes gastronomos, si nos gusta disfrutar de menús degustacion allá por donde vamos. Comentar como todos los menús tienen sus puntos fuertes. Y para nosotros en este fueron Algunos de los entrantes además de: milhojas de foie (parecido al de barssategui)0 con algún cambio El arroz meloso, expectacular y la viera con bruma del cantábrico. Muchas gracias, volveremos.

Nos quedamos dos noches en una de las habitaciones de la segunda planta. Tanto la habitación como el resto de las instalaciones muy limpias, es lo único que podríamos destacar. La habitación, al ser abuhardillada era bastante incómoda, la cama pequeña y las almohadas desastrosas, muy bajas, casi parecía que estabas durmiendo sin almohada. A la llegada nos pidieron la hora a la que íbamos a desayunar los dos dias, cosa que nos sorprendió ya que el hotel estaba casi vacío y para ponernos un cafe y una tostada, que es de lo que consta el desayuno normal, no sabemos para qué tanta antelación. La atención fue normal, pero para ser un sitio de estas características, supuestamente de 4 estrellas, es de esperar algo más tanto en atención como en servicios, sobretodo en los desayunos.