Guest User
February 12, 2024
Me da mucha pena cuando me alojo en hoteles que algún día fueron una institución y por diferentes motivos, se han ido arruinando con el tiempo. Además, y eso es muy sencillo de entender, la ruina física lleva a la desmejora del servicio, a la falta de atención o de interés... Y esto es lo que pasa en el Blancafort. Lo tiene todo para seguir llevando el nombre de Gran Hotel pero no, todo está para arreglar, modernizar, poner al día y cuidar. Hay óxido en todas partes; las moquetas están viejas y sucias; hay humedad en casi todas las paredes donde mires, las puertas de los pasillos están rayadas y deterioradas, la sala de billar es un despropósito (hasta el tapete está roto...). Claro, el personal de recepción y sobretodo, del SPA, está a la altura; distante, ausente, autómata... Hay una excepción, el equipo de restauración: tienen ganas, son eficaces y sonrientes: bravo por ellos, porque si bien la cena fue tranquila y agradable, el desayuno es un caos de mucho cuidado. En fin, estamos más decepcionados que molestos al ver toda la ruina en que se ha convertido algo que podría ser maravilloso.
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