Hotel Termes la Garriga

Remanso de paz para descansar física y mentalmente, trato excelente de todo el personal, comida sabrosa y de muy buena calidad, agua termal de verdad muy beneficiosa para el organismo, un oasis al que sin duda muy pronto volveremos encantados

He ido en más ocasiones y lo de estos dos días lo describiria como pasotismo,falta de atención al cliente,dejadez.... Empezando por el.señor de recepción (fumando en la puerta)y antipático para estar en un puesto cara al público. La chica de recepción burlándose del mal y peligroso funcionamiento del ascensor. Ninguno de los dos avisaron que teníamos desayuno contratado para sorpresa de la camarera que ha salido como ha podido adelante. Instalaciones más viejas y más sucias...mucha dejadez. El agua de la piscina interior el día de llegada i soportable de calor y dicho por el de mantenimiento que gente mayor podía haberles dado algún mareo o algo porque el no pudo atenderla (alucinante)...hoy sin embargo estaba helada... Menudo desastre!!!

No hay parking cerca del hotel situado en una calle peatonal. El spa no es digno de un hotel de 4 estrellas que no las merece. La recepcion es estrecha, de estilo antiguo, pero sin ninguna clase, con un señor frio, "un pelin oso", sin ganas de sonreir un minimo. El spa esta "en su jugo", es decir viejo, con hammam y sauna de temperatura de 40 grados, es decir que no sirve. El azulejos de la piscina está dañado. Las piezas al lado de la piscina interior son semi vacias y el piso es totalmente resbaladizo. Me caï. Hay que ir a la piscina exterior más simpática, pero pequeña y vieja, con un solo chorro de agua (dicen termal) de agua tibia, por un corredor con escalera exterior, no agradable cuando hace 10 grados afuera. No prestan toallas ni zapatos, ni gorro. Lo simpático: la majasista es excepcional. Y el restaurante, con meseros simpáticos, es muy bueno y debe ser simpático comer o cenar en la terraza alrededor de la piscina en primavera o verano. Conclusión, el spa es desatrozo, necesita una remodelación completa, Es peligroso. Vayan mejor al otro hotel de la Garriga mejor (Blancafort)

El trato con el servicio fue excelente pero en nuestra opinión la instalaciones son bastante antiguas y tienen mucha falta de mantenimiento hay diversos desperfectos en el spa en habitaciones etcétera

No lo recomiendo para nada. Nos llevamos una decepción. Hotel sin mantenimiento, habitación vieja y sucia, el ascensor se encallaba dudo que pase las inspecciones. La cena un desastre sin nada de variedad ni calidad. La camarera de la cena muy amable y servicial. Al contrario que la camarera del desayuno maleducada y sin ganas de trabajar. La zona de las termas necesita mantenimiento. Sólo se salva la zona exterior. Lo demás no se corresponde a las fotos publicitadas

No es un 4 estrellas ni se le acerca. He comido mejor en restaurantes de carretera. Nada tenia el mas minimo sabor. El cocinero es un desastre. Que pena que un lugar como ese, con tanta tradicion, se rebaje por un pesimo cocinero. En cuanto al circuito termal, esta para que lo paren e inicien obras de reformas ya. Se ve una falta total de mantenimiento., por poner algo positivo, dire que la temperatura era ideal. Lo unico que ha salvado la estancia en este establecimiento es el personal. Las camareras han pedido disculpas una y otra vez por la pésima comida. La recepcionista y las camareras tienen un 10. Al cocinero le ponemos un....

habitacion super amplia, bonita, cómoda y limpia, la próxima vez pediré que no de a la calle porque hay movimiento por la mañana. Las aguas y el masaje fantásticas, 24h y no me duelen las rodillas. Me han dejado hacer el check Out por la tarde, he podido disfrutar de la piscina todo el día , esto lo valoro muchísimo. La recepcionista encantadora. Lo peor el salmón a la.naranja, poco hecho y sin guarnición, por eso decidí cenar fuera del hotel. Para mi han sido 48h de relax en un lugar curioso y auténtico, repetiré.

Fuimos de sorpresa, a pasar un día de relax y desconexión. El hotel está perfectamente situado en pleno centro de La Garriga. De aspecto noble y clásico, la recepción es una maravilla. Lástima que la persona que atendía no estuviera a la altura de tan ilustre local. Amabilidad, la justa, así como las explicaciones de los servicios del Hotel. Una vez instalados en la habitación, amplia y preciosa con vistas a la piscina exterior. Cama grande y cómoda. La grifería y desagües es lo único que acusa el paso del tiempo, quizá recomendable cambiarla. Equipados con albornoz y toalla proporcionada por el hotel, nos dirigimos a la zona de Spa exterior, aprovechando el buen tiempo. Una zona muy bonita, con cesped artificial y tumbonas a sol y sombra. Damos cuenta también de una piscina con agua termal , y con bastantes restos de hojas y flores en el agua que indican que no se ha limpiado adecuadamente. Pese a ello, disfrutamos del agua termal y el sol. También hay una sauna seca, que sin ser una maravilla, cumple con las funciones. Así mismo existe un pequeño (minúsculo) circuito para los pies. Tras un rato disfrutando del sol y el agua, decidimos ir a ver la parte del Spa interior. Una modesta piscina termal, con hamacas. Bastante bien, existen unas cuantas habitaciones con supuestamente diferentes funciones. Una ducha circular, que ha vivido mejores tiempos, y otras tantas salas en las que no hay nada. Una sauna húmeda muy agradable y también una zona para los pies con agua termal y sal. Todo correcto y limpio, pero tampoco digno de llam**** Spa excepto por el agua termal. Solo nos quedaba disfrutar al día siguiente del desayuno que incluía la estancia. Apertura a las 8h. Aparecimos por el restaurante a las 8:15 y lo único que había preparado era la máquina de café y una bandeja de embutidos.