Balneario de Villavieja

Las habitaciones no están acondicionadas para el descanso, los baños huelen a desagües, la habitación da a deslunado sin ventilación porque tiene una claraboya que la impide. En cuanto a la comida las raciones son escasas y de poca calidad poca variación. Siendo vegetariano desde luego aquí no te puedes alojar, porque no hay alternativa para comer salvo lechuga/ tomate y poco más.

Hemos disfrutado la estancia de una semana en este balneario donde hay que destacar ante todo la amabilidad y la profesionalidad del personal, todo lo que estaba en sus manos le daban solución. Es pequeño, las habitaciones están renovadas, pero son la mayoría interiores, dan a tragaluces, las camas son pequeñas, supongo que de 90 cm., la televisión también pequeña, las toallas de baño también pequeñas. La comida está bien cocinada, pero peca de muy limitados los platos a elegir, solamente se puede elegir entre dos platos de primero y dos platos de segundo, la noche anterior eliges la comida del día siguiente. El bufett del desayuno también es bastante pobre, pero tiene máquina de café que lo muele en el momento de pedirlo, también puedes pedir pan integral para todas las comidas. El tratamiento termal también es bastante sencillo y repetitivo, no hay cambios en días alternos como en otros sitios. También dispone de animación por las noches. La médico y la auxiliar de enfermería que te atienden a la llegada también son muy profesionales y amables. Un detalle que no nos gustó a la llegada, es que antes de darnos la habitación, ni de explicarnos nada de la estancia, lo primero que hicieron es cobrarnos el importe de la estancia. Pero en general es un sitio muy tranquilo donde se respira bastante paz.

Aunque el trato y el hotel en general fue mas que bueno, tengo que decir que es imposible descansar por culpa de la Iglesia, pues cada 15 minutos las campanas te están recordando que hora es. Tuve que suspender mi estancia por culpa de dichas campanas.

Excelente!! Grupo de seis personas de entre 57 y 75 años en estancia de diez días. Es un balneario ( no spa. Que aún hay quien lo confunde) pequeño y familiar pero muy completo. Nuestra experiencia ha sido muy buena tanto por las instalaciones como por el personal muy profesional. En vista de algunos comentarios que leí antes de ir, me gustaría puntualizar algunas cosas: - tranquilos por las campanadas de la iglesia. Ya no toca entre las 22:00 y las 08:00 por lo que el descanso no se ve comprometido. - las habitaciones están reformadas. Manteniendo el estilo del edificio y resultan muy confortables. Hay unas más grandes que otras, más o menos luminosas en función de su orientación y con vistas o sin ellas, lo cual no me parece ningun inconveniente teniendo en cuenta que no voy para estar mirando por la ventana. Para ir a dormir, descansar y poco más con que sean confortables y estén limpias, no pido más y se cumplían ambas. - también he leído cosas sobre la comida. Teniendo en cuenta que de las seis personas, dos somos muy " especiales" ( concretamente a mí no me gustan las verduras, hortalizas, nata, queso...) no podemos poner pegas. Siempre habia algún plato que podíamos comer o en caso contrario, te ofrecían otras cosas dentro de sus posibilidades, porque lo que no hemos tenido mayores problemas. De haberlos tenido, el problema no hubiera sido la comida sino nosotros. Un poco de autocrítica no viene mal. Las cantidades son suficientes pero puedes repetir si lo deseas. En la charla de bienvenida ya se nos informó pero igual hay quien se la salta y claro.. - sobre que solo hay gente mayor ( con 57 años no me considero tan mayor) teniendo en cuenta que básicamente las aguas termales del centro son para tratar problemas respiratorios, reumáticos etc resulta bastante lógico. A nuestra entrada, los huéspedes que había eran de una media de edad alta. Muy educados, amables y se respiraba tranquilidad. A su marcha, llegaron otros huéspedes de una media más baja de edad y en la misma proporción bajó el respeto, educación y ética. Chapeau por la profesionalidad de los trabajadores que supieron lidiar con ciertas actitudes vergonzosas por parte de algunos de los huéspedes. Por no alargarme más, solo me queda por decir que nos hemos sentido muy cómodos y mimados. Que la experiencia ha sido excelente con ganas de repetir y me gustaría felicitar a tod@s los trabajadores por su buen hacer. Recomiendo totalmente pasar unos días en el balneario Villavella para salir renovado y relajado.

Lo primero que indico es que el comentario va a ser un poco extenso porque el establecimiento lo merece. Lo primero que tienes es una consulta médica en la que indicas tus dolencias (gracias Laura). Conviene llevar informes médicos para que el equipo médico tenga información fidedigna de las necesidades de cada paciente y así adecuar mejor el tratamiento. Recalcar que este establecimiento es un "Balneario terapéutico", no un SPA de relajación. El tratamiento que les indico a continuación es el recibido por mi, pero hay más espacios como sauna, sala de vapor, etc. Comenzando por lo principal de un balneario que son las aguas, indicarles que lo primero que he sentido en una relajación corporal y anímica importante. Comienza con unas inhalaciones que dependen de cada persona en tiempo y contenido de los vahos. En nuestro caso de 10 minutos. Continúa con una ducha circular con chorritos de agua a presión, regulable, que salen a la temperatura que emana del manantial, 38° (unos 4 minutos). Seguimos con la piscina, en la que se hace el circuito de chorro para cervicales y dorsales luego se pasa a los chorros para las lumbares y se termina con unos chorros en toda las espalda/piernas estando tumbado en una tumbona con forma anatómica. Este circuito suele tardar unos 20 minutos. Y terminamos con el pasillo flebotónico, que es un pasillo de Agua-Mineromedicinal fría con piedras de canto rodado para estimulación circulatoria en extremidades inferiores. Una vez explicado el área de Balneario, paso a explicarles mi experiencia en el establecimiento. Es Hotel-Balneario. Indicarles que el edificio es una construcción, si no me equivoco, de 1866. Aunque está reformado, conserva el encanto de un edificio del siglo XIX. Unas columnas de hierro trabajadas de una forma preciosa y unos baldosines, haciendo mosaicos que son una obra de arte. En la fachada principal, otra obra de arte, está la terraza del balneario, dónde puedes tomar un refresco o una cervecita en sus mesas y sillones. Aparte tiene el bar/cafetería. Y esta situada frente a la plaza del ayuntamiento y la Iglesia y sus campanadas. Las habitaciones son funcionales, nada de lujos pero limpias y con todos los detalles, baño completo, aire acondicionado, TV en la pared y balcón. Una sugerencia es que sería muy conveniente disponer de CAJA FUERTE en la habitación, de la que no dispone. El secador de pelo hay que solicitarlo en recepción y te lo proporcionan sin problemas ni coste adicional. Hablando de la recepción ya entramos en el apartado del personal y aquí hay que hacer punto y aparte. Sin duda es el activo más importante del que dispone el Balneario. En recepción, las personas que más he tratado, Trini y sobre todo Alba y Mariló son un encanto y grandes profesionales. Cualquier cosa que necesites están dispuestas para ayudarte. Muchas gracias a las tres y demás personal que estuvo. Continuo ya con el personal propio del balneario. Aquí 3 grandes profesionales y también con un trato exquisito. Daba

Nos dan una habitación que da a un pequeño patio interior y el baño a otro aún más pequeño. Les pido después de dos días que me cambien de habitación y me dicen que está todo lleno. 11 días en una habitación así calurosa y con muchos ruidos. Después de varios días me quejé de ruidos y calor y ni por esas quisieron cambiarme la habitación. Pido que me den el mando para poner el aire acondicionado y me dicen que los tiene que poner en marcha el de mantenimiento y me suben un ventilador de aspas que lo único que hace es mover el aire caliente de sitio. Sobre el ruido consigo que unos aparatos los apaguen a las 10 de la noche y los enciendan a las 8 de la mañana pero hay otros que se oyen día y noche y hay otro ruido que hace PUM PUM PUM cada pocos segundos que alguna noche lo apagaban pero la mayoría todas las noches. Así que solicité un Balneario por descansar y mejorar en salud y ha sido todo lo contario, desquiciados por no poder descansar en condiciones y por el trato recibido. Las habitaciones hacían la cama a diario y limpiaban el baño por encima pero barrer el suelo lo hicieron tres veces en 11 días que estuvimos. Y ya por comentar la comida, el desayuno bufé pero todo de muy mala calidad. La comida y cena dos primeros y dos segundos a elegir, pero cantidades escasas y también mala calidad (un día me pusieron 2 pescadillitas que no pesarían con cabeza y espina 100 gr. (por favor pezqueñines no). Y ni contar con un plato de guisantes que bailaban en el plato de los pocos que había. Y así a diario. Y también un día en unas salchichas aparecen restos de estropajo de acero. Retiraron el plato y ni siquiera dijeron si quería otra cosa. Con el servicio de Balneario no ha habido ni un solo día que nos hayan tenido el tiempo que marcaba el servicio. Y el fin de semana aún quitaban más tiempo para que pudiese entrar personas no alojadas o que iban el fin de semana. En definitiva hemos estado muy a disgusto por todos los sucesos ocurridos y habría para contar un libro

Me he quedado un despegada, no lo tienen preparado para el mercado turístico en general, están enfocados en los viajes del IMSERSO y de mayores. Siendo un balneario para enfermedades específicas, cuando uno viaja para benefici**** de sus aguas, si no va en un grupo de mayores se siente un poco desamparado. Me explicaron en recepción que estaban enfocados para ese tipo de personas. Se nota también es el restaurante, es un menú muy básico totalmente orientado hacia ese tipo de personas. Quiero destacar que el personal del balneario ( masajistas y acompañantes en las aguas) son muy profesionales. Es una pena que no esté orientado a visitantes convencionales que queremos beneficiarnos de sus aguas.

Hemos pasado un par de noches en el Balneario, un sitio familiar apropiado para descansar. La relación calidad precio es muy buena. La habitación es sencilla, sin grandes lujos, pero muy limpia, y en nuestro el colchón excelente. La comida, normal, dos primeros y segundos a elegir. Sin florituras, como en casa. Destacar, el tratamiento incluido, baños de hidromasaje, y el chico que lo gestionaba de 10. Nos atendió de forma excelente, dejando más tiempo en la piscina, para que pudiéramos disfrutarlo. El pueblo es pequeño, y lo recorres en un momento, pero es lo que íbamos buscando, tranquilidad. En nuestro caso con media pensión nos fuimos a visitar otras poblaciones costeras. En resumen, para repetir.