Hostal Ayelen

La propaganda es más generosa que la realidad es u. Hotel que tiene un acceso muy malo el camino es en montaña y sin asfalto muchas curvas y resbaloso Las habitaciones son estrechas y con mal aislamiento acústico se escucha cómo camina la gente en la noche además la relación precio calidad es inadecuada

Tuve una gran estadía en el Hostal Ayelén. Está emplazado en la montaña, con una vista insuperable del Lago Lácar, el bosque y las montañas, tanto desde las áreas comunes como de las habitaciones. La subida es inicialmente por un camino pavimentado, después sigue un tramo de ripio en bastante mal estado (conviene subir tranquilo en primera o segunda) y por último, la bifurcación que sube al hostal se hace por unas huellas de cemento (se sube en primera y no hay problema para llegar). Al principio puede asustar un poco si uno no está habituado a subir pendientes, pero no es difícil y uno se acostumbra. El lugar es atendido por sus propios dueños, que nos recibieron con la mejor predisposición y amabilidad, y nos avisaron que no iban a estar en los próximos días, por lo que la atención estuvo a cargo de Noelia, muy cordial también. El hostal tiene una hermosa decoración, el living es comodísimo y acogedor, la mesa del comedor amplia. El deck es amplio y cómodo para sent**** a disfrutar de la vista. La limpieza es absoluta, al entrar se siente un aroma a jabón y madera que invita a qued****. La habitación es muy cómoda, con ropa de cama de excelente calidad, camas super confortables, calefacción regulable individualmente, heladerita tipo frigobar. Sugerencia: agregar un perchero de pared para colgar abrigos/bolsos. El baño es absolutamente limpio, con secatoallas de pared, la ducha con buena presión de agua, y una ventana hacia el bosque. Si bien se pueden llegar a escuchar voces y el paso de otros huéspedes, nos tocaron grupos muy respetuosos y no fue un problema en ningún momento. Si bien no hay servicio de almuerzo/cena te ofrecen microondas, jarra de agua y vajilla a disposición para comer lo que uno traiga, y ofrecen bebidas frías. A 100 mts del hostal está la Casa de Té Arrayán, un clásico de la zona que ofrece sandwiches muy ricos para llevar. El desayuno es muy rico, ofrecen café/té/leche, cereales, jugo de naranja, yogures, pan casero, duce casero, queso untable, manteca, dulce de leche, ensalada de frutas. Muy recomendable si se busca tranquilidad y buenas vistas.

Lugar increible, el paisaje es una locura. Pedimos la habitación deluxe y era dormir en un mirador. El desayuno riquisimo, la atención muy buena, no muy invasiva que para mi es clave. La presión y temperatura del agua excelente, la cama enorme y super comoda. Lo unico "malo", las cortinas dejaban pasar mucha luz. A nosotros no nos molestaba, pero si sos medio vampiro para dormir capaz te cuesta a la mañana. Sin dudas si volvemos a SMA volvemos al Hostal Ayelen.