A mitat del mes de agosto hicimos una reserva de 2 habitaciones en el Hotel Villancourt (con categoría de 3 estrella), en Le Pont de Claix (Grenoble Sud) con llegada el 1 de septiembre, salida el 5 de septiembre (4 noches). A la llegada al Hotel, lo primero que nos sorprendió es que para acceder a él, había que superar con las maletas, una escalera de unos 10 peldaños. Las habitaciones eran muy anticuadas y sencillas y el cuarto de baño consistía en una ducha en un pequeño rincón, sin cortina ni mucho menos mampara y con un alicatado de los años 1950. Sorprendía ver que en el Hotel había dos coches de gendarmes. Por otro lado en los pasillos paseaban mujeres con niños descalzos. Pasamos la primera noche, encontrando mi hija por la mañana, en la cama pequeña que había al lado de la suya, una cucaracha. Al bajar para desayunar, el comedor estaba lleno de gente sin ningún tipo de mascarilla y al solicitar abrieran ventanas nos dijeron que no podían hacerlo pues estaba el hotel lleno de refugiados afganos, en cuarentena y custodiados por los gendarmes para que no saliesen. En ningún momento el Hotel Villancourt, ni con anterioridad a nuestra llegada, ni en el momento de tramitar nuestra entrada, nos advirtió de que el hotel estaba ocupado por personas en cuarentena. Viendo la situación de riesgo en la que sin ningún aviso nos habían instalado, junto con las malísimas infraestructuras tanto de instalaciones como sanitarias, optamos por marchar inmediatamente
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