Termes Montbrio Hotel & Spa

Todo correcto. Personal, servicio, ubicación… Un lugar idóneo para descansar y relajarse

Hjælpsom personale, og nem ind og ud tjekning.

Hemos ido 10 personas durante 12 días, el sitio perfecto, las instalaciones del agua, perfectas la atención del personal extraordinaria, sobresaliendo el matrimonio Estanislao y svetlana, muy dispuestos en todo momento, la comida con poca variación y todo fritos, en general una muy buena experiencia

Es un buen hotel. Un complejo con jardines bien cuidados que envuelven un lago, fuentes y surtidores, en un entorno casi mágico. Unas instalaciones termales de primera categoría y un personal atento y dispuesto. ¿Que pudo pasar para que, en la ultima noche de san Juan de 2024, sucediera lo que sucedió? Estábamos alojados desde hacia ya varios días y esperábamos, con ilusión la anunciada verbena en la terraza-jardín, con cena de lujo, musica en vivo, baile bajo las estrellas y un castillo de fuegos artificiales. Parecía que nada podía fallar en un establecimiento de esa categoría, y con larga experiencia en la organización de bodas y eventos varios. Las indicaciones al hacer la reserva especial para la verbena, previo pago de un suplemento, habían sido sencillas: A las 21 acudan a la explanada de la terraza-jardín, e indiquen su apellido al personal para que localice su reserva y les acompañarán a su mesa. La primera sorpresa fue vernos rodeados de mas de trescientas personas, en el enorme hall, que se quedaba pequeño, esperando pacientemente a que dos únicas jovencísimas “maitres”con más voluntad que experiencia, situadas con un pequeño atril en las puertas de la terraza-jardín, fueran buscando en una lista de papel, uno a uno, nuestros apellidos, para conducirnos a la mesa que teniamos previamente asignada. El proceso era tan extremadamente lento y tedioso que al cabo de veinte minutos o así, apenas se habrían acomodado unas veinte personas, mientras el resto permanecíamos apiñados, preguntándonos cómo era posible que nadie hubiese pensado otra forma mas racional de organizar aquello. Pero alli nadie parecía saber nada. Y los buenos modales y la corrección, que se esperaban en un perfil de público con un nivel general medio-alto, pronto sucumbieron, fruto de la incomodidad y de los nervios y ante la palpable evidencia de que, a ese ritmo, nos darían los fuegos artificiales sin ni siquiera haber sido sentados para cenar. Total que en esas estábamos cuando algunos descubrieron una segunda puerta cristalera, que accedía también al recinto y empezaron a colarse a por allí buscando acelerar, por la via de los hechos consumados, el proceso de ocupación de mesas, sin que nadie se lo impidiese ni controlase ese "escape” El caso es que el grueso de público, que nos amontonábamos alrededor de la otra puerta, viendo que nos adelantaban por la derecha y aprovechando que las dos “maitres” estarían perdidas en la explanada, superamos inmisericordes el pequeño atril que cayó al suelo, y así accedimos, primero con discreción y al final sin mucho miramiento, cada cual a ocupar alguna de las muchas mesas aun vacías, que se distribuian en el amplio recinto, fuera ese mesa o no la que nos tocase. Las estrellas, empezaban ya a asomar. Cuando, por fin acomodados, nos las prometíamos felices, vino el segundo capítulo: Una única línea de servicio de bufett, en la que todos teníamos que ir a por el primero, el segundo, el postre y finalment

Es un buen hotel. Un complejo maravilloso con jardines bien cuidados que envuelven un lago, fuentes y surtidores, en un entorno casi mágico y con unas instalaciones termales de primera categoría y un personal atento y dispuesto. ¿Que pudo pasar para que, en la ultima noche de san Juan de 2024, sucediera lo que sucedió? Estábamos alojados desde hacia ya varios días y esperábamos, con ilusión la anunciada verbena, con musica en vivo, cena de lujo, baile bajo las estrellas en la terraza-jardín y un castillo de fuegos artificiales. Parecía que nada podía fallar en un establecimiento de esa categoría, con larga experiencia en organización de bodas y eventos varios. Las indicaciones al hacer la reserva especial, para la verbena, previo pago de un suplemento, habían sido sencillas: A las 21 acudan a la explanada de la terraza-jardín, e indiquen su apellido al personal para que localice su reserva y les acompañarán a su mesa. La primera sorpresa fue vernos de pie en el enorme hall rodeados de mas de trescientas personas, bastante apretadas, esperando a que dos únicas jovencísimas “maitres” ,con más voluntad que experiencia, situadas en la puerta de la terraza, fueran buscando en una lista de papel, nuestros apellidos uno a uno, para conducirnos a la mesa que teniamos previamente asignada. El proceso era tan extremadamente lento y tedioso que había pasado mas de media hora y apenas se habrían acomodado unas veinte personas mientras el resto permanecíamos agolpados entre el hall y la puerta de la terraza jardin, preguntándonos como era posible que nadie hubiese pensado otra forma mas racional de organizar aquello. Pero alli nadie parecía saber nada. Y los buenos modales y la corrección, que se esperaban en un perfil de público con un nivel general medio alto, pronto sucumbieron como fruto del calor, de la incomodidad y de los nervios y ante la palpable evidencia de que, a ese ritmo, nos darían los fuegos artificiales sin ni siquiera haber sido sentados para cenar. Total que en esas estábamos cuando algunos descubrieron una segunda puerta cristalera que accedía también al recinto y empezaron a colarse a por alli, buscando acelerar el proceso de ocupación de mesas por la via de los hechos consumados, sin que nadie se lo impidiese ni controlase esa via de "escape". El caso es que el grueso de público que nos amontonábamos alrededor de la otra puerta, viendo que nos adelantaban por la derecha y sin intermitente, y aprovechando que las dos “maitres” estarían perdidas en la explanada, superamos inmisericordes el pequeño atril donde estaba la lista de reservas y accedimos, primero con discreción y al final sin ningún decoro, a ocupar alguna de las muchas mesas aun vacias, que se distribuian en el amplio recinto. Las estrellas, empezaban ya a asomar. Cuando, ya acomodados, nos las prometíamos felices vino el segundo capítulo: Una única línea de servicio de bufett, donde obligatoriamente todos teníamos que ir a por el primero, el segu

Fuimos para la cena de San Juan, cuál fue nuestra sorpresa de que aquella había una cantidad de gente impresionante muy mal organizado poca comida, sin luz en las mesas una pista para bailar de un asfalto vasto vasto, vamos caótico en general era el comentario de todo el mundo no volveré a ir ,en un hotel de cuatro estrellas parece mentira que lo organicen de esta formay que nos hayan tratado de esta manera dicen que nos devolverán el dinero a los que reclamamos pero todavía estoy por verlo ,porque la noche de San Juan no la fastidiaron tuvimos que irnos a cenar a otro sitio y de bailar nada porque todo estaba ya pillado, Como cuando hagan evento de bodas la organización sea lo mismo pues deja mucho que desear

Fuimos a cenar la noche de Sant Joan y fue una vergüenza. No por el servicio, ni por la comida, si no, por la gente, la avaricia y la mala educación. No respetaron la organización y entraron q buscar la comida como si se acabara el mundo. Muchas quejas pero platos hasta arriba de comida sin respetar cola. Por mucho que sea servicio de bufette parece que llevarán 3 días sin comer. En fin… mala educación! Por parte del Hotel muy bien trabajo. Aún con personas así, no faltó comida en ningún momento. Y el sitio precioso!!

Ja no reconec aquell extraordinari Hotel que era. Ara hi manca tot tipus de tractament, el menjar Imserso poc variat, esmorçar deficient , instalacions amb manca de manteniment, llits molt vells, moqueta habitació bruta i….alguna persona de servei que li agrada lo que no es seu. Fem reclamació i ens tracten amb una manca de profesionalitat imperdonable. Els que tenim anys som persones amb anys no retardats.

Hemos estado 2 dias y hemos disfrutado mucho. El servicio es excelente y muy atento. El jardin y zona de juegos infantil hace que para niños sea ideal. El Aquatonic esta recien reformado y es enorme, muy entretenido. Ubicado en un pueblo con mucho encanto, en especial, el casco antiguo. Personalmente, un hotel muy recomendable para ir en familia.