Hotel Arcea Palacio de las Nieves

Lugar tranquilo y acogedor, la chica que nos atendió super maja y muy agradable. El menú estaba riquísimo, comimos de primero ensaladilla con bonito y langostinos, canelones rellenos de pitu caleya y de segundo lubina con una salsa suave y fina y cabritin guisao, de postre requesón con frutos del bosque y una copa con piña y crema de lima. Todo exquisito, sin duda volveremos a repetir.

Aparcamiento: si y gratuito Entorno: el palacio muy guapo pero las vistas a una chimenea Sala del restaurante: muy guapa, agradable, limpia Cuberteria: bien Personal: bastante atentos Comida: el menú eliges un primero y un segundo de la carta ( algunos vienen con un pequeño recargo) Calidad - precio bastante bien en todo

Edificio diseñado por el gran Manuel del Busto y casa de dirección de ingenieros de la fábrica de Duro Felguera. Merece una visita para los amantes de la historia y la arquitectura. Las vistas, a mi pesar, son industriales con la Felguera y el Musi en la panorámica. El salón restaurante, las terrazas y el spa me han gustado mucho. El salón tiene mucho encanto. Cenamos unas tapas y desayunamos al día siguiente un desayuno completo genial. Riquísimo. En el spa estuvimos muy tranquilos, gran parte del tiempo solos. Estaba muy limpio y era bastante variado. Disfruté después de un masaje descontracturante. Me encantaron el edificio en sí y su historia, las comidas y el trato del personal, que fue muy muy amable y simpático. Mucha suerte en esta nueva andadura.

Hicimos uso del SPA. Muy recomendable. Hay varios tipos de servicios (chorros, sauna, calor, jacuzzi...) y todo está limpio y decorado con buen gusto. Había gente pero no agobiante. Música relajante ;)

Vestuarios pequeños, mi pareja tuvo que guardar, en mi vestuario la ropa.  Igual soy un poco especial, pero ver ciertas partes del mobiliario oxidados siempre me da cosa. El agua con naranjas estaba rica pero caliente.

Hotel de estilo clásico, en un local bastante conocido por los salones para celebrar bodas. Las habitaciones son de un tamaño medio, no son grandes y no resultan pequeñas. La decoración es acorde al estilo del hotel, estilo muy clásico, con mobiliario antiguo cuidado y mantenido. La limpieza de las habitaciones es buena. Tienen moqueta, que personalmente no me gusta, pero eso ya depende de cada persona. El personal del hotel es lo mejor que tienen (Mireya, Manuel y el señor majo de la noche). Son todos super amables y serviciales, se preocupan por que tengas la mejor estancia posible. Un detalle que refleja esto: buscábamos algo dulce, llegamos al hotel tarde (sobre 23:15) y la chica de recepción (no puede ver su nombre) estaba en la cocina, le preguntamos si tenia algo dulce y nos dijo que igual algo de brownie le quedaba. Nos lo trajo y al ir a pagárselo, nos dijo que era un detalle de la casa. Por cierto el brownie estaba buenísimo. Estas un poco apartado lo que aporta mucha tranquilidad al hotel y permite descansar mejor.

Buen sitio para pasar un fin de semana. Muy tranquilo, instalaciones limpias, amenities correctis, amplisimo aparcamiento y amabilidad y buen servicio de sus empleados. No tendrá el relumbrón de otros, pero es un sitio muy muy agradable. Si vuelvo por allí, sin duda alguna volveré!!