Small Luxury Hotels of The World - Torre del Marques

Hemos estado cuatro días en este bonito hotel. Me gustaría daros la enhorabuena por vuestro trabajo, habitación preciosa, sitio maravilloso, y una atención magnifica por parte del personal. Un restaurante estupendo , vinos de la zona, producto de cercanía, vistas sobre la Matarraña geniales. Enhorabuena a todo el equipo , para no personalizar , un 10 Gracias por estos días

Voy a explicar el por qué de mi puntuación punto por punto. En primer lugar, el sitio, es idílico, una maravilla de vistas, de espacios… perfecto para pasar unos días de relax. Ahora bien, lo primero es que falta personal y la experiencia que apuntaba a ser de ensueño, ha sido nefasta. Llegamos y nos ofrecieron recoger las llaves del coche y aparcarlo en el parking, estupendo, en un hotel de 5* son detalles que esperas y agradeces. Al irnos, esa opción no se contemplaba, con todas las maletas hemos tenido que bajar la cuesta hasta el parking a pleno sol. Bueno, tampoco ha sido ese un gran problema, pero un detalle que no han tenido. El día de llegada, al deshacer las maletas decidimos tomarnos un vino en el espacio que ellos llaman “los almendros” una maravilla de lugar, verde, rodeado de árboles, con lucecitas… lo primero es que no hay nadie atendiendo fuera, las dos personas que están trabajando dentro, en el restaurante, también trabajan en la terraza y en el espacio que os comento de los almendros, por lo que pedimos los vinos y nos los llevamos a este sitio. Al llegar, de los 4 o 5 sofacitos que había, ninguno estaba completo de sus respectivos almohadones, estaba la estructura de hierro, pero sin más o incompleto, bueno… ok. Todas las mesas estaban sin recoger, tenían copas, vasos y demás de otras personas que habrían tomado algo anteriormente. En un hotel de 5* sorprende y más, que cuando nos sentamos no venga nadie a recogerlo, pero es que tampoco vinieron a preguntarnos si estaba todo bien o si queríamos tomar alguna cosa más. Finalmente, nos dirigimos al restaurante a picar algo. Hasta que nos preguntaron qué queríamos tomar, pues nos sentamos con las dos copas de vino vacías, pasaron 40 min. Finalmente pedimos y esperamos la cena, también excesivo tiempo, pero al trat**** del primer día, pensamos que habíamos tenido mala suerte. La cena fue normal, nada del otro mundo, pero bien, el jamón con tomate estuvo rico. Al llegar a la habitación, no hay television… Vale, se va a desconectar. Al día siguiente, el desayuno, normal, las tortillas y demás platos que preparan en el momento están buenos, pero no me parece razonable 24€ por persona para ese desayuno, me parece excesivo, la verdad. Fuimos a la piscina, lo primero, está con una lona que queda bastante feo estéticamente, entiendo que la tendrán que cubrir cuando sea, pero en un hotel de esas características considero que se tienen que cuidar los detalles, y ese es otro que no cuidaron. En el Pool bar, no trabaja nadie, las dos mismas personas que están en el comedor y terraza, se pasean a la piscina cuando reciben una llamada. O sea, para pedir algo en la piscina, te tienes que levantar a un teléfono, llamar a recepción y esperar pacientemente a que te traigan lo que pidas, digo pacientemente porque la espera fue de 30 min para unas cervezas. Entiendo que no hay personal y que ellos no tiene la culpa, de hecho todos son muy agradables y se ve que hacen lo que está en su mano para

Me encantó el entorno en que se encuentra el alojamiento, el camino de llegada a través del bosque y el hotel en sí, la arquitectura, sus jardines y sus estancias. Ah! y la maravillosa habitación con un ventanal que daba a un paisaje imponente, y el silencio y el desayuno con vistas inmensas al amanecer. Ha sido una estancia muy placentera.

Estuve alojada el fin de semana del 22 al 24 de julio de 2022 junto a dos amigas para celebrar nuestro 50 cumpleaños y es sin duda, el dinero mejor invertido y el mejor regalo que pudimos hacernos. La atención de todo el staff es excelente, ayudando e informando en todo momento con profesionalidad pero con cercanía. La habitación es maravillosa, con todo tipo de detalles y muy muy confortable. En el comedor nos atendieron de maravilla, tanto la Jefa de Sala (Marina) como Jorge, David, Esther, todos muy atentos, explicándonos los platos y cualquier información que se nos ocurría preguntar. El resto de instalaciones (piscina, salones, exteriores) todo en la línea de un hotel de esta categoría. Tomar un gintonic bajo las estrellas del Hotel Torre del Marqués, no tiene precio. Esperamos repetir cada año¡¡

Desde Bodega la Peninsular, taberna sostenible en la Barceloneta, hemos tenido el placer de estar en el Hotel Torre del Marqués como parte del simposio de Restauración Sostenible. El emplazamiento y la masía reformada son de primer nivel. En definitiva, un hotel aconsejable para desconectar.