Hotel Gil

Mi opinión es sobre el restaurante del Hostal Gil. Nada que objetar en cuanto a la comida, pero si en cuanto a los precios de una carta que induce a error, aunque la gerente del restaurante me diga que la equivocada soy yo. Nos pedimos pan con ajoaceite y tomate. Nos cobran por ello 6,50 €. En la carta, el ajoaceite y el tomate está relacionado con las patatas (con Pimentón, con ajoaceite, con tomate, bravas) nada indica que sean precios a pagar con el pan acompañado de algo. No me importa el precio a pagar, me importa la respuesta de la responsable, haciéndonos creer que nosotros somos los tontos. Señora, no ponga usted esos precios en el apartado de las especialidades de patatas. Póngalos aparte. En Alicante ciudad, lugar turístico por antonomasia, te comes unas pan TOSTADO con ajoaceite y tomate por 2,50€. Nada que decir por lo que respecta al personal. Profesional y simpático, pero la actitud de la responsable deja mucho que desear. La carta debe estar hecha para que la entienda el cliente, no el dueño. Por lo demás, y por lo que respecta a la comida, muy buena relación calidad-precio. Por cierto, recuerde poner en el apartado patatas, lo relacionado con las patatas, no otras cosas. Hicimos una pregunta porque nos sorprendió el precio y nunca esperamos una respuesta tan fuera de lugar.

Este agosto elegimos visitar Montanejos y alrededores. Lo que escribo lo hago después de pasar seis días, cinco noches. Todo es precioso: los pueblos, las pozas, las fuentes, los estrechos, caminos... tal como se describe en las recomendaciones de los que ya han estado. Pero alojarnos en el albergue el Dharma ha sido una como un enlace para contactar mejor con esta maravillosa zona. El albergue: el alojamiento cómodo (cabaña 1), su cocina ( todo buenísimo y abundante) las personas que trabajan en el restaurante, excelentes, gracias chi@s. Polina y Vicente son maravillosos. Personas discretas, atentas. Están pendientes de todo pero ni lo notas. Muchas gracias por hacer de nuestra estancia un relax. Y a Moisés y Rubén en la Haima, otras dos maravillosas personas con un trato extraordinario a todos los que entrábamos a cenar o tomar algo a ese lindo local, gracias chicos. (tenéis que probar sus platos, el pollo sabor peruano a la brasa entre otros) Y si queréis un granizado , helado o similar, Montse tiene un quiosco que con gusto te te refresca después de un rato de calor. Gràcies Montse. A tod@s, que nos habéis tratado con mimo y cariño desde el primer dia ¡chapó!

Muy mala la recepcionista nos atendió con desgana y un poco de mala educación, el restaurante no se quedó atrás, le dije a los camareros que deberían ir a una escuela de hostelería, la gente del pueblo maravillosa pero los que regentan este hotel deberían plantearse el trato con el público

Hotel pequeño, el servicio bastante antipático la verdad, me sorprendió mucho esto para mal, menos Patricia que sí fue amable en todo momento. Habitaciones con limpieza aceptable pero con muy mal mantenimiento en general.

La actitud con la que nos han servido desde un principio ha sido por completo fuera de lugar, ni nos miraban a la cara y negándose a cualquier petición para sentirnos mas cómodos. Las condiciones de los baños indecentes, pero lo mínimo que pudimos exigir cuando fuimos a comer fue respeto y cierta atención que desde luego fue inexistente.

Por favor, que alguien cambie el proveedor del pan!!!!! Hemos ido varias veces, es un sitio de batalla donde comer embutido y brasas con patatas, pero… ir a almorzar es ERROR! El que les sirve el pan es su enemigo y no quiere que vendan porque no hay por donde pillarlo, duro, seco… una pena porque empaña el bocata de buen producto.

Brasa muy llamativa. Pero 2 cosas: #1/ los precios están x unidad (p.e. 1 costilla 5€) y cuesta hacerse la idea de lo que necesitas para una parrillada de carne familiar. #2/ pan 1.50€ + tomate 2€ + aliolo 2€... etc. y la cuenta, al final, hinchada.

Servicio muy lento, la comida no se pasa. Pedimos secreto a la brasa, nos tocó devolver porque estaba duro, nos ofrecieron embutidos a cambio. Calidad precio razonable. Las vistas al monte lo mejor del restaurante

La atención del personal deja bastante que desear. Nos sacan la cuenta y nos avisan al rato de que van a cerrar cuando estuvimos esperando un rato que nos sacaran el datáfono y nos dicen que tenemos que pagar en barra de una forma poco amable. La comida estaba buena pero tiene un precio excesivo. Nos pareció cara la ensalada valenciana a 7€ y que se cobrara pan con alioli y tomate a 5,50€!!!! Tomate rayado normal y corriente y alioli de bote. No recomendamos la tarta de queso. Valoramos la ubicación y que en la terraza se estaba muy bien.