Expectativas muy altas por todas las opiniones vistas porque sólo vimos un punto negativo que era el parking y así confirmamos pero el resto era, según las opiniones, espectacular y no sabemos si fue porque no era nuestra casa (TÍa Elisa) o por qué. En primer lugar, no es una casa sino la parte de arriba de una casa a la que se entra por detrás. Es muy mona muy bonita decorada y las camas son buenas pero hasta ahí puedo de cur positivo Para nosotros resultó poco funcional y agobiante. ES como un piso, pequeño, sin balcón y encima abuhardillado con lo que,según tu altura, te vas chocando en algunas zonas. Al ir a un entorno rural normalmente se busca aire libre y disfrutar tiempo fuera y aquí no se facilitaba porque la zona común de estancia fuera estaba al otro lado de las casas, para acceder teníamos que bajar de la nuestra, dar toda la vuelta en cuesta y con agua cayendo casi todo el día desde una fuente con lo cual te lo pensabas antes de ir y más con niños. La iluminación es demasiada cuando no quieres (no hay persianas) y mala cuando quieres (poca iluminación artificial). La cocina es pequeña, con un frigorífico súper pequeño de 2 lejas que, teniendo en cuenta que el piso es para 4 es insuficiente y hace que tengas que hacer la compra en varias veces perdiendo tiempo de tus vacaciones. El congelador, acorde al frigo, era de 1 leja que encima estaba rota y había que encajar la puerta con una cuchara para que se mantuviera cerrada encontrándonos en alguna ocasión las cosas descongeladas. No había lavavajillas un fregadero pequeño con un escurreplatos también pequeño para 4. Para colgar la ropa teníamos un minitendedero (pedimos y nos dieron otro igual) y había que tender en casa o en medio de la calle. La habitación doble tenía un armario que una de las puertas estaba rota y no se abría y entre que era pequeño y eso era incómodo de usar. La ventana de esa misma habitación era de las de buhardilla y se abría encima de la cama con lo que no podíamos dejarla abierta por si llovía y alguna vez la dejamos encontrando algún que otra araña en la cama porque estaba justo debajo. En esa misma habitación se escuchaba ruido de la caldera muy frecuente sobre todo por las noches. El baño no tenía ni una leja, ni un armario, ni si quiera para colgar el rollo de papel del wc. Teníamos que dejar las cosas en lo que quedaba de la repisa del lavabo. Nos dejaron una cuna de viaje pero la usamos una noche y nunca más porque hacía muchísimo ruido, cada vez que el niño se movía crujía y el colchón sin funda impermeable (teniendo en cuenta que a los bebés se les sale muchas veces el pipi del pañal). La casa muy calurosa, se notaba mucho la diferencia de temperatura al entrar de la calle a pesar de dejar ventanas abiertas. No había WiFi.....ni leer tranquilamente ni jugar al aire libre, ni poder ver una película o serie en casa porque no hay acceso a Internet....la verdad que limitamos al máximo el tiempo de estancia en casa. Otra cosa que nos
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