Mas Sant Marc

Situado en las afueras de Puigcerdà, cuenta con un entorno muy agradable. Campo de golf propio, pequeña Hipica, jardines y piscina. Cuenta con restaurante propio que no tuvimos ocasión de probar. Desayuno muy bueno y todas las instalaciones, tanto las comunes como la propia habitación Muy acogedoras, limpias y cuidadas! su situación permite disfrutar de una amplia variedad de experiencias, tanto gastronómicas, como de senderismo, esquí, o simplemente visitar todos los pueblos de la zona de gran interés. La atención del personal excelente

Lugar perfecto para desconectar. Finca tranquila, con bonitos jardines, hípica y campo de golf. Cerca de Puigcerdà y pueblos de alrededor, perfecto para hacer paseos en bici. La llar de foc de la sala común es un plus

Hotel boutique con muchísimo encanto. Las habitaciones amplias y cómodas. Las zonas comunes son increíbles... la chimenea, el billar, el jardín... apetece qued**** todo el tiempo del mundo El personal es top !! siempre amables y atentos a todas nuestras peticiones. Por último, el restaurante es fantástico. En definitiva nos podríamos haber quedado todo el tiempo en el Mas Sant Marc si no es porque la Cerdanya es un entorno espectacular que invita al outdoor.

El servicio es estupendo. Las habitaciones son acogedoras y están limpias. Para mí, lo mejor fue el desayuno, el entorno, la ubicación, el trato del personal y la sala con chimenea para las noches frías. Como aspecto de mejora mencionaría el restaurante. Creo que es demasiado caro para la oferta que ofrecen. Me comí un canelón que no era nada del otro mundo y el precio era elevado.

Fui con mi pareja al Mas Sant Marc y nos encantó. Una masia antigua que está totalmente reformada y que tiene mucho encanto. Nos alojamos en el bungalow porque era más íntimo y tenía cocina propia. Aunque la habitación era un poco fría si no estás pendiente de cargar la máquina de los pélets y el baño un poco pequeño, en general todo está muy bien. Nosotros pagamos el desayuno en el mismo hotel y es espectacular. Si vas con hambre, no te preocupes que te quedarás lleno ;). También ofrecen rutas con bicis gratis, paseos a caballos y muchas actividades más. Su perfecta localización hace que tengas un amplio abanico de actividades para no aburrirte en ningún momento ya que estás a literal 2 minutos en coche de Puigcerdá. Personalmente volvería a ir.

Hotel precioso (casa del 1913) enclavado en medio de la naturaleza y muy cerca de Puigcerdà. El personal atento y educado, aunque notas a faltar, en un hotel de este tipo donde no hay conserjería las 24h, a una persona al cargo (van rotando constantemente). Hasta aquí todo correcto, pero..., y motivo por el cual no puntúo mejor, no está acorde el precio que pagas con ciertos servicios (el restaurante es justo, con poca variedad si estás más de 2 días, y un servicio justo) y ciertas incomodidades como el ruido provocado por el suelo de madera antiguo al andar. El principal problema es si vas con tu pareja sin niños y coincides justamente con familias con niños y/o perros (admiten máximo 2). Considero que el hotel debería decidirse por un target de cliente concreto, el todo vale pienso que no les beneficia, así como mejorar su restaurante, de lo contrario, deberían adecuar los precios al producto/servicio que ofrecen.

Mas Sant Marc es el típico lugar donde me quedaría semanas o meses desconectando. El ambiente, la localización y las personas que forman parte del Mas hacen que haya sido una experiencia irrepetible. Volveremos. Marina&Nacho

Lugar precioso envuelto de naturaleza y paz. La casa tiene mucho encanto y los epacios están decorados con mucho gusto, muy acogedor. Hay una llar de foc encedida (al menos ahora en octubre) en un cuartito cerca de la entrada que crea un ambiente muy acogedor. El personal muy amable todos. Tienen un restaurante muy bonito y muy bien decorado. El chuletón buenísimo, lo demás bastante bueno, creo que podrían mejorar algunos platos. La habitación familiar espaciosa, un baño precioso, las camas cómodas , cambiaría los cojines por esto y pondría mosquiteras en las ventanas por las moscas. Un sitio encantador y volveremos seguro, gracias!

Es precioso, desde que entras caminando bajo los árboles, hasta que te sientas delante de la chimenea con una copa de vino del honesty bar. Todo supertranquilo. Personal amable, habitación muy bonita. Paz. .....Y el desayuno ha mejorado mucho para los que no podemos tomar gluten o tenemos alguna intolerancia más. Se agradece! Volveremos a volver :)