Guest User
January 31, 2023
Llegamos de noche y sin ver nada, pero a la mañana siguiente, al despertar, ¡era el paraíso!, entorno espectacular, un paraje de ensueño rodeado de montañas, canto de pájaros, tranquilidad... Las habitaciones son espaciosas y prácticas. Lo mejor es la acogida, amabilidad, y discreción de los dueños, Doña Alicia y Don Fernando, a la vez que están al mínimo detalle te hacen sentir como parte de la casa y te ayudan en todo lo que precisas. Hay que visitar al equipo de mujeres en la cocina, con su sonrisa te enseñan sus secretos y dan a catar sus platillos, prueba toda la carta, ¡todo exquisito! Y si eres amante de los animales, ya en los árboles junto a la mesa del comedor, una ardilla negra se balanceaba, un par de colibrís y el gato de la casa si está de humor vendrá a saludarte. También Robin, el shih-tzu inseparable de Doña Alicia, Paco el loro de mal genio con su compi Coco, el Xolo......, Añadir el “museo” indescriptible y personal que han ido coleccionando formado de cachivaches todo típico mexicano. En fin, nos gustó todo y nos gustaría volver para disfrutar con más calma y deleite de este lugar. La ubicación a unos 20 minutos de Oaxaca cuidad no es ningún inconveniente. De hecho, cuando ya se ha cansado de recorrer las animadas calles de la cuidad, es una alivio volver al oasis de paz que es el hotel Yu’u.
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