Hace años que soy amiga de paradores, por sus emblemáticos edificios en sitios únicos. El parador de Santo Domingo encaja en este aspecto, y reúne las condiciones, por lo que en cuanto a edificio, situación, habitaciones no tengo nada que añadir. La amabilidad en recepción, servicio de limpieza, y también en parte de los camareros, fue muy buena. Mi gran decepción fue el desayuno, mal servicio con poco personal, escasa oferta: se terminó el pan!! Y no lo reponían, teniendo que llamarles la atención, y ademas la camarera solo repuso una pequeña bandeja con rebanaditas. Tampoco reponían los embutidos, quesos… hasta para pedir las tortillas me pusieron pegas. La tortilla de patata era del día anterior. La bollería industrial y congelada en su mayor parte. No había ni croissants. En fin, siempre he disfrutado con los desayunos de paradores y tengo que decir que fue decepcionante. Espero que corrijan este aspecto tan importante para seguir diciendo que los desayunos en paradores son deliciosos y no la gran decepción.
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