Me hospede 2 noches desde el 28/02. Es un hotel de 3 estrellas que está a 10 minutos caminado al acueducto y a 5 de la catedral. El personal muy bien y educado a destacar sobre todo la amabilidad de la chica rubia del turno de tarde. La habitación era una triple y en general estaba bien, hay agua de cortesía y se agradece, quizás lo único a mejorar la señal de ambas televisiones iba y venía y no dejaba ver nada, los colchones algo blandos sobre todo el del sofá cama. El desayuno es algo que no contrataría de nuevo, sin duda la parte más floja de nuestra estancia. Hay poca variedad de todo y lo que hay de calidad cuestionable, el jamón serrano tenía una pinta que no invitaba a comértelo al igual que el pavo y el york, lo único el salchichón si estaba bueno, de fruta solo había naranja y piña, eso sí cortadas pero insuficiente, ni manzana, ni plátano, ni melón, de bollería solo 3 variedades y el café de maquina un horror. El desayuno deberían replante****lo desde mi punto de vista. Sin contar con el desayuno la estancia ha sido positiva y si vuelvo repetitia pero eso sí, sin desayuno.
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