DESTINO siempre es la mejor elección para pasar un dia de relax. Subir esas escaleras blancas hacia la recepción, ese olor del hall, que solo esta allí…ese paseo por la piscina hasta tu hamaca…es perfecto!!! Y allí otra vez nos tocó Oliver…la guinda del pastel. Volveré en unos dias otra vez por aquella isla, y volveré a Destino, espero que me vuelva a tocar Oliver, que nos cuido, mimó y nos aconsejo muy bien a la hora de comer y beber. Si el lugar hace que nuestra estancia sea maravillosa, este chico lo alzó a otro nivel. Ha sido inolvidable. Un lujazo!!! Ya tengo ganas de volver.
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