Viva El Delta

Viva el Delta es para nosotros sinónimo del disfrute de los sonidos del silencio, con más un "casual style" que nos remontó a los cuentos de hadas que cobijaban nuestros sueños de niño. Toro lo que está bien acontece en Rama Negra y los managers de Viva el Delta, Victor, Valentína y su familia son estupendos facilitadores de la experiencia inolvidable que implica un despertar en sus cálidas cabañas.

Paso a realizar mi descargo, ya que ha sido una experiencia inolvidable por lo mal que la pasamos. Lo único bueno que tengo para decir es que el lugar es lindo por la naturaleza que lo rodea. Nosotros solicitamos una estadía de jueves a domingo por un precio caro por lo que ofrecían en la cabaña Pinocha. Al llegar al lugar nos encontramos con algunas sorpresas: la cabaña estaba sucia incluso encontramos "regalos" inesperados en el inodoro, una centrifuga que bombeaba agua al tanque que recoge agua de lluvia para tomar, se prendía al menos una vez al día con un ruido de locomotora que no dejaba descansar y la luz se cortaba todo el tiempo... Pero lamentablemente, lo peor de todo y la frutilla del postre fue la siguiente: nos dimos cuenta que nos estaban cobrando la estadía por día y no por noche (como es habitual en los alojamientos alquilados), y al ir a preguntar amablemente al respecto, si había sido un error y nos estaban cobrando un día de mas, Valentina respondió en forma agresiva, acusándonos que no queríamos pagar, gritándonos, y queriendo echarnos del lugar siendo las 19 hs del viernes y yo estando embarazada de 5 meses. Le dijimos que no nos queríamos quedar más tiempo (sábado y domingo) dado el maltrato totalmente innecesario y desproporcionado que habíamos recibido, cuando de buena manera solo habíamos planteado una inquietud. Ante esto, solo siguió agresivamente echándonos, hasta la intervención de su marido quien acordó nuestra salida al día siguiente y nosotros pagamos lo que correspondía a las 2 noches que nos quedamos. En conclusión, fuimos para relajarnos y volvimos maltratados. Pésimo

El complejo cuenta con varias cabañas con buena distancia entre si. Cuenta con pileta compartida. Cada cabaña tiene también su parrilla. Los dueños son amables, te ayudan en lo que necesites. Te ofrecen para beber "agua de lluvia" que supuestamente es potable (en nuestro caso nos hizo mal a las dos personas que viajamos). No te dan nada para el desayuno. Si está la oportunidad de practicar kayak de manera gratuita. A la cabaña le falta mantenimiento y limpieza. Lo mismo con la pileta, la limpiábamos nosotras con el sacahojas antes de meternos. Digamos que en general está bien, pero es muy caro para el servicio que brindan.