La ubicación de este hotel es perfecta, puedes ir andandito a todos los sitios, hay tiendas de artesania, restaurantes, bares, museos, discotecas... que sea una casa colonial es como una fantasía, bonita, acogedora y todito está súper limpio. En la habitación hay de todo, gel, champú, aire acondicionado, ventilador, nevera, secador, toallas, almohadas extras y por si tienes frío (que ya sería raro) un nórdico. El desayuno muy rico, con frutas, pan tostadito, mantequilla, mermelada, zumos, café, té, leche, cacao, huevos de todas las maneras, tortitas... El personal es lo mejor de la casa maravilloso, muy agradable, atentos, te tratan muy bonito Y no se quedan sin luz!! Animarse gente que no os vais a arrepentir, un lugar fascinante y su gente maravillosa Recomendadisimo
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