Hotel Pazo O Rial

Nos ha encantado el Pazo y su entorno.

Tenéis que ir! Nosotros repetiremos con más calma y más tiempo. El sitio es precioso por fuera y por dentro mantiene su estética y decoración de la época, lo que lo hace muy especial. Las habitaciones son espaciosas, la cama muy cómoda y grande! El baño cuenta con todo tipo de amenities necesarios, lo cual es de agradecer. Y sin olvidarme del trato exquisito de todo el servicio, recepción, restaurante… Sin duda un sitio para recomendar y cómo digo repetir próximamente!

El Pazo se encuentra a unos tres kilómetros del centro de Villagarcia de Arousa así que hay que coger coche para salir del lugar. Es un edificio muy bonito, con unas habitaciones amplias y muy cómodas, La limpieza, inamejorable y su personal extradordinariamente amable. El parking, exterior, es grautito y existe plazas suficientes. Tiene una pisicina exteriormuy bonia, jacuzzi y hamacas incluidas. El desayuno completo y más que suficiente en un salón elegante y bien montado. Lugar para repetir, sin duda alguna.

Fantástico hotel ubicado en un pazo de finales del siglo XVII y acondicionado en 1986. Está declarado Bien de Interés Cultural como Hotel-Monumento Histórico Artístico. El edificio conserva todo su sabor y es de una belleza impresionante, sin embargo no se echa de menos ninguna de las comodidades de un hotel de 4 estrellas. Nuestra habitación era amplia y luminosa. Algunas cuentan con unos preciosos balcones de piedra, la nuestra al estar en la primera planta no lo tenía, pero contábamos con unas preciosas vistas. El mobiliario dentro de la habitacione es completo y funcional. El cuarto de baño moderno y perfectamente acondicionado. El hotel cuenta con una bonita piscina y zona de baño. Nosotros no nos bañamos, no somos mucho de bañarnos en piscinas, pero sent**** en la terracita de al lado a tomar un refresco mientras ves atardecer seguro que es tan refrescante como un buen baño en un día caluroso. Y si el edificio es magnífico, el servicio y atención de todo el personal del hotel lo llevan a un nivel superior. Un diez para todos los trabajadores del hotel que hacen que te sientas como en casa. El desayuno se sirve en el comedor del hotel, una estancia muy agradable. Muy variado, ofrece además productos de la zona, sobre todo la gran variedad de bizcochos y dulces que a mí me daba la impresión de ser caseros y si eran industriales desde luego la calidad era muy buena. Y el zumo de naranja, que suele ser por donde fallan en muchos establecimientos era superior. Muy contentos con nuestra estancia y desde luego un lugar para repetir y para recomendar.

Se trata de un hotel precioso, por fuera, con unos salones muy bonitos y unas habitaciones desfasadamente antiguas para venderlas como de cuatro estrellas. El desayuno es muy justito y los productos se reciclan de un día para otro con suma facilidad