Lo único decente son las habitaciones. El resto lo han convertido en lo más incómodo, desangelado y frío que se puedan imaginar. La cafetería, también desangelada está cadi siempre cerrada. Hay una lamentable asusencia de personal. Y para colmo el hall y todas las mediocres zonas comunes fue invadida por una turba gritona y borracha, algunos devolviendo en bolsas de plástico, que celebraban un "evento" en el salón contiguo, con música a tope incluida. Hace muchos años que conozco el hotel, sólo puedo concluir que SERCOTEL se lo ha cargado. No recomendable en absoluto.
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