El majestuoso Hotel Cimbel es como una joya en la pintoresca línea de la playa de levante. Su ubicación privilegiada ofrece vistas espectaculares que acarician el alma y despiertan los sentidos. Desde su imponente terraza, el mar azul se fusiona con el cielo en un horizonte eterno que invita a soñar. El servicio es simplemente magnífico, cada miembro del personal es un anfitrión dispuesto a hacer de cada momento una experiencia inolvidable. Especial mención merece el chef, un artista culinario que nos deleitó con un buffet que es una obra maestra culinaria, un deleite para la vista y el paladar. Una sinfonía de colores y sabores se despliega ante nosotros, invitándonos a un festín de sensaciones. Desde exquisitas carnes y pescados frescos hasta delicadas ensaladas de la huerta, cada bocado es un homenaje a la buena mesa.
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