Wakana

Fuimos con toda la ilusión de pasar unos días con los niños y divertirnos en familia. Nos alojamos en una yurta, la opción más cómoda y cara. Nos encontramos con un baño que olía a cañerías, ducha rota, apliques caídos y lavabo descolgado. Por la noche hacía más frío dentro de la habitación que fuera. La zona de terraza de la yurta, la cual se supone que es para uso propio, llena de malas hierbas secas que pinchaban y colillas por el suelo. Las dos sillas blancas que había eran imposibles de usar dado que estaban sucias y llenas de excrementos de pájaros. Las actividades que ofrecen son pocas. El lago, con fango en el suelo, es imposible de entrar ya que las piernas se hunden hasta las nalgas, haciendo imposible e incluso peligroso el baño o el uso deportivo con los kayak (toda una odisea sin sentido). Me metí con mi hijo y tuve que lanzarlo fuera a mi pareja para poder conseguir salir a duras penas y con muchísima dificultad (tuve que legar a gatear y todo) Cuando fuimos a la “granja”, por llamarlo de alguna forma, nos encontramos con unas pocas gallinas y tres conejos. Había también cuatro cabras, sueltas por la finca y casi imposible de encontrar si quieres verlas. No entiendo qué tiene eso de “granja”. No te dejan llevar comida, y te ofrecen la opción de una “amplia variedad de comida en su bar”. Dos pizzas, hamburguesa, dos ensaladas y no mucho más. Desgraciadamente usan fotografías y Videos en sus redes sociales para venderse, las cuales no se corresponden EN ABSOLUTO con lo que te encuentras al llegar. Entendemos que es un camping, aunque no lo venden así, pero el precio no se corresponde EN ABSOLUTO con lo que te encuentras. Es desproporcionado. Lo único bueno que puedo aportar es el trato de algunos empleados, que fueron muy amables.

La verdad que sino hubiera sido por el calor hubiéramos disfrutado más! El pantano no es para bañ**** pues el lodo llega hasta las rodillas. Por lo demás cuando cae la noche es ideal. Un cielo de estrellas con un concierto y una barbacoa hizo que la noche fuera perfecta. Volveremos a repetir en otra época del año

Nos alojamos em kampaoh Wakana. El lugar muy especial, ideal para desconectar y viaje en familia o pareja. Tiendas limpias, colchones cómodos, almohadas demasiado finas. Nos hizo mucha calor, nosotros tuvimos que ir a la playa que esta a una media hora larga, de 12 a 19 ya que en ese horario era imposible andar por allí. Le vendría bien una piscina porque el lago es estas fechas esta bajo mínimos y el clima es muy seco y caluroso para estar en las instalaciones. Los baños comunes regular, mal estado, la ducha caía el agua en todos sitios menos donde debía. El kiosko bar genial, chicos muy atentos y amables. Contratamos una barbacoa para una de las noches y pasamos unas horas mágicas. No vayáis sin contratarla de noche, por 30 euros te proporcionaban la barbacoa, la carne para 2( nosotros éramos 2 adultos y 2 niños y tuvimos suficiente) + patatas, riquísimas, de sus huertas. Muchas actividades, muy divertido el Kayak. Disfrutamos mucho. En general mucha tranquilidad y conexión con la naturaleza, que es lo que ibamos buscando. Sin ser un gran camping, tiene mucho de especial. Nos encantó estar allí. Existe otra zona del camping con otros alojamientos, pero nosotros nos decantamos por kampaoh, desconozco como serán pero si se que tenían baños propios, cosa que los nuestros no. Lo peor para mí, que hizo viento y la tienda crujía por todos lados impidiendo dormir por el ruido (compré tapones y algo mejoró la segunda noche) Ánimo a ir, eso sí, no olvides que vas a un camping no a un hotel de 5 estrellas, hay bichos y estas condicionado por el tiempo que te haga.

Un lugar increíble, una experiencia de vida, un paraje evocador, sonidos que te transmiten paz. Dormir en las yurtas mongolas ha sido toda una experiencia inolvidable. El personal muy amable y familiar. Seguro que volveremos otra vez. Muchas gracias, Wakana!!!!

Mi familia y yo hemos pasado tres noches en Wakana por segunda vez. Es un lugar precioso, para desconectar y entrar en contacto con la naturaleza. Tanto el año pasado como este, el trato del personal de recepción (Gigi, Andrés, Fernando y las chicas) y de los monitores (Pablo, Fran, María, Adrián) ha sido inmejorable. Son personas encantadoras que te hacen sentir como en casa y son muy cariñosos con los niños. Dormir en un tipi, levant**** y estar rodeados de caballos salvajes a la hora del desayuno, ver la puesta de sol después de un baño en el lago, música en directo los sábados al atardecer, hacer kajak, tiro con arco, peli en la Palapa los viernes por la noche... son todas experiencias preciosas que hacen de Wakana un sitio muy especial. Como en todos los lugares de vacaciones, siempre hay cositas que se pueden mejorar, como por ejemplo las actividades para los niños y los precios. Las actividades por persona salen bastante caras y para una familia es demasiado. Debería haber precios por familia o por grupo de niños por lo menos. Con un entorno tan bonito se podrían organizar actividades muy divertidas para los niños que les harían conocer a otros niños y pasar un buen rato, como juegos con agua, gymkanas con pruebas, actividades con música o juegos tradicionales. Si el precio bajara, se repetirían más actividades durante la estancia. Lo negativo de este año ha sido que hemos notado menos limpieza, que por el calor y la poca climatización de los tipis no se podía estar ni un minuto dentro durante el día y sin duda el trato del personal del bar y la relación calidad/precio de la comida. Las chicas que nos han atendido empezaron siendo muy amables y conforme han ido pasando los días, han ido empeorando. Con nosotras en concreto ha habido una situación en la que han sido muy muy desagradables y ordinarias y lo hemos visto también con otras familias. Una pena, la verdad, porque somos clientes amables y respetuosos que repetimos estancia, que estamos encantados con el resto de personal y que no paramos de recomendar Wakana a amigos y familiares. La comida del año pasado con la de este año no se puede comparar. Los desayunos sí que son muy buenos pero los platos son escasos, de baja calidad y caros. También una pena, porque habíamos estado todo el año pensando en disfrutar de la buenísima carne de retinto del año pasado. A pesar de este par de cosas negativas, seguiré yendo a Wakana con mi familia y seguiré recomendándolo porque no hay ningun lugar perfecto de vacaciones pero sí lugares que te marcan, y Wakana, sin duda, lo es.

Sitio espectacular en paraje muy bonito del interior de Cádiz. No hemos necesitado movernos de allí porque tanto el alojamiento, los servicios, las actividades y las vistas invitaban a qued****. Trato buenísimo del equipo en general: agradecer a Gigi y Andrés su acogida y disposición con nosotros para que la estancia fuera perfecta (que lo fue!). Además el servicio de bar muy bueno con producto local bien trabajado y las camareras atentísimas. Las actividades (hicimos kayak y paddle surf) divertidas y monitores muy atentos y con buena orientación al cliente y a los niños. Noche del viernes cine y del sábado concierto de flamenco pop. Muy buenas sorpresas para dar opciones a los clientes. Las instalaciones son originales y están muy bien equipadas. Quedarte al menos en una Yurta es estar en plena naturaleza pero con comodidades de hotel. No hay sensación de aglomeración. Si además te gusta correr, caminar o montar en bici, está junto Corredor Verde Dos Bahías que va de Benalup a Los Barrios. Tienes hasta 40 km para recorrer sólo de ida. A nosotros nos ha encantado. Muy felices con la experiencia.

Estuvimos una única noche 2 adultos y dos niños. La experiencia inmejorable. Lugar ideal para desconectar, enclave con unas vistas al lago y a las montañas increibles. Lo mejor del establecimiento es el personal, en el bar junto al lago las camareras son muy agradables y se prestan a ayudar en todo lo que pueden. Los chicos de las actividades fueron muy simpaticos y estuvieron encantados de hacernos unas fotografias con nuestro movil cuando disfrubatamos de un paseo en Kayak, y lo que realmente fué excepcional fue el trato recibido del personal de recepcion, profesional y amables. Resolvienron un pequeño problema que tuvios de forma rapida y muy satisfactoria. Sin duda vulveremos

Hemos estado de fin de semana familiar y con amigos. La experiencia ha sido maravillosa. Un lugar idílico donde relaj**** en plena naturaleza, con animales, respirando aire fresco…Muy tranquilo pese a haber sido en plena Semana Santa, no se sentían aglomeraciones. Hizo un tiempo magnífico y pudimos disfrutar del lago y las actividades al aire libre. Al ser primavera, el campo estaba lleno de flores y el paisaje era de cuento! Un lugar muy recomendable para ir con y sin niños. El desayuno estaba muy bien, un gustazo amanecer en un lugar tan bonito y relajante. Por las noches había conciertos, lo cual hacía que el ambiente fuese muy bueno y además a las 12 de la noche se acaba todo y quedábamos en silencio para poder descansar toda la noche. Muy recomendable.

Hemos estado en wakana y la experiencia no ha podido ser más nefasta. Llegamos y al llegar a la caseta de actividades nos encontramos con dos monitores sin ganas de trabajar. Le preguntamos sobre las actividades que podíamos realizar (somos 2 adultos y 2 niños) y nos sacan un listado con sus respectivos precios, sin más información. Contratamos el kayak, el kid club y la gymkana de orientación. No recomiendo ninguna de las tres.   -Kayak: El acceso al lago con el kayak es imposible. Tienes que atravesar una parte de lodo que te inunda y llega a la altura de las nalgas literalmente en la que no puedes caminar, empujando tu kayak para llegar al agua, y una vez allí salir del lodo y subirte a él. Todo esto SIN ningún tipo de ayuda del monitor. Tuve que empujar mi kayak y el de mi pareja con los niños subidos porque era imposible que caminasen por el lodo ya que les llegaba a la cintura. Mientras tanto, aguantando las risas del monitor sentado en una piedra diciendo que estamos haciendo “espartan kayak”, sin dign**** a ayudarnos. Cuando termina la hora de kayak, vuelves a encontrarte con la misma dificultad: tienes que salir del agua y  atravesar 20 metros de lodo que te absorbe llegándote a la cintura y te impide caminar, arrastrando tu kayak, porque el monitor sigue sentado en su piedra sin querer manch**** de barro.  Deberían mejorar el acceso al agua con el kayak, poner algún tipo de pasarela, contratar a gente que haga su trabajo y no se quede sentado riéndose de los clientes o simplemente no ofrecer esta actividad o advertir la dificultad del acceso. Resulta muy peligroso para los niños o personas en baja forma, es muy  dificultoso caminar por el lodo, además de la poca higiene. Al salir, tenía una capa de 3 cm de barro en las piernas y manos, imposible de que me cupieran las chanclas, por lo que tuve que caminar descalzo por un campo de pinchos (más de 200 metros) hasta llegar al grifo más cercano (otro peligro de cortes además de la poca higiene). Deberían poner algún tipo de ducha para enjuag**** al menos los pies al salir del kayak y taquillas donde dejar tus pertenencias, y no en el barro como las tuvimos que dejar nosotros.     -Kids club: Le preguntamos al monitor en qué consistía  y nos dicen que consta de una parte de talleres y otra de visita a la granja. Se podía elegir entre 1 hora y 2 horas, nos dicen que los niños se lo pasan tan bien que 1 hora se le hace corto, con lo que contratamos 2 horas.  Los niños se fueron con el monitor para hacer los talleres al edificio de al lado del albergue. Los talleres son inexistentes. Acudí a mitad de la actividad para ver cómo iban y me encuentro a los niños aburridos mientras el monitor ni les hace actividades ni talleres ni nada, si no que se queda tranquilamente en su silla mirando el móvil. Mi hijo muy descontento me confirma que la estampa que me encuentro es lo que ha ocurrido desde que se empezó la supuesta actividad. La visita a la granja merece más la pena si te gustan los animales.