Con una amiga colombiana, nos alojamos en este hotel la noche del 16 al 17. Al llegar tarde, el recepcionista nos informó que el desayuno se servía de 6h a 12h. Al bajar a las 10:36 al día siguiente, nos dijeron que el servicio terminaba a las 10h. A pesar de explicar que el recepcionista nos había dicho 12h, los horarios habían cambiado el día anterior y nos dijeron que había carteles en el ascensor. Pedimos un café y un huevo, pero la respuesta fue un "no" rotundo. Tras una larga discusión y la intervención de la policía, que confirmó que era nuestro derecho y pidió al hotel arreglar las cosas de manera amistosa, el hotel siguió diciendo que la gerencia había dicho no por los carteles. Explicamos que llegamos tarde y cansadas, confiando en la información del recepcionista. Finalmente, aceptaron servirnos un jugo de naranja o un café y un huevo. Mientras nos servían, otra señora nos iba a servir el café, pero la jefa dijo que era solo café o jugo, no ambos, y prefirieron no dárnoslo aunque ya estaba listo y prácticamente servido, pasando por ese problema no pudieron darnos un café y un jugo. QUE CODOS. El hotel prefirió ser tacaño y grosero en lugar de resolver un problema y pensar en los clientes, llevando todo esto a gran escala por un simple desayuno. Inaceptable. Además, nos dijeron que cobrarían el desayuno al recepcionista que solo se confundió porque los horarios habían cambiado hace menos de 24 horas.
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