Ryokan (hotel tradicional japonés) que superó nuestras expectativas. Habitaciones super espaciosas, con muchos detalles cuidados al milímetro y el staff súper amable y simpático. Nada más llegar tienes que dejar tus zapatos en la entrada para andar con unas zapatillas que te facilitan ellos y también escoges una yukata para poder llevar durante tu estancia. El desayuno tradicional japonés fue una pasada! Además si eres celíaco te adaptan el desayuno a continental sin gluten. El onsen muy chulo pero lástima que no se pueda reservar para ir con tu pareja de manera privada. Sin duda si volviéramos a Takayama repetiríamos la experiencia!
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